En
los Himalayas existieron siempre anacoretas penitentes, viviendo
en cavernas solitarias; muchos de ellos ayunaban excesivamente,
se alimentaban con plantas silvestres, raíces, etc.
Esos anacoretas, bajo la dirección de sus Gurús,
practicaban "Pranayamas", Raja-Yoga, Hata-Yoga,
Gnana-Yoga, Bakty-Yoga, etc., etc., etc.; esos anacoretas
creyeron que sólo a base de "Pranayamas",
Yogas y ejercicios de toda clase, podían lograr la
liberación final. Algunos de ellos, a base de tanta
concentración, de tantos ayunos y mortificaciones,
lograron diverso estados del "Shamadí" (porque
uno es el simple "Shamadí", otro el "Nirvi-Kalpa-Shamadí"
y hubo casos de sujetos que lograron el "Maha-Shamadí",
querían la felicidad).
Durante
el estado "Shamádico", la Esencia se desembotella,
se escapa de entre el Ego, y se mueve entre el Gran Alaya
del Universo; pero, pasado el "Shamadí",
la Esencia vuelve al Ego. Desafortunadamente, aquéllos
anacoretas nunca se entregaron a disolver los "agregados
psíquicos" que en sí mismos constituyen
el Ego; sólo se preocuparon por sus Mantrams, "Bandras",
"Mudras", etc., creyendo que así lograrían
la liberación final... Quienes lograron el "Maha-Shamadí",
desencarnaron; entonces esas Esencias, desembotelladas, pudieron
vivir en los "Planetas del Cristo", mundos donde
existe una Naturaleza eterna que no está sometida a
los cambios ni a la muerte, como la Naturaleza de nuestro
mundo Tierra. Estos pudieron gozar de esa dicha cósmica,
más no pudieron establecerse como moradores de tales
mundos del Cristo, por el hecho mismo de no haber disuelto
el Ego...
Pasado
el éxtasis, aquella Esencia regresa al Ego; entonces
se entra en una nueva matriz. Así es que, hoy en día,
muchos de esos que pasaron como "santos" en el Tíbet,
y como liberados, son en estos tiempos personas vulgares,
comunes y corrientes.
En
modo alguno deseo que ustedes vayan a caer en ese error. Se
necesita llegar a la liberación final y no es posible
esto, en sí mismo, si no se aniquila el Ego.
Hay
que pasar por la "Aniquilación Buddhista",
hay que tomar muy en serio el trabajo sobre si mismos... Existen
por ahí ciertas "escuelitas" donde las gentes
quieren despertar el Kundalini con Mantrams. Obviamente, tales
gentes piensan que con "Mudras"y "Bandras",
"Pranayamas", etc., podrían despertar la
Kundalini. Ese es un modo muy incipiente de enfocar la cuestión
de la liberación, pues la Kundalini-Shakti no despierta
sino trabajando en la "Novena Esfera", en la "Forja
de los Cíclopes", en la "Fragua Encendida
de Vulcano". Más sucede siempre que algunos místicos-yoguines,
que consiguen que ciertos corpúsculos ígneos
de la Kundalini asciendan por "Sushumná",
es decir, por la Médula Espinal, logran ciertos éxtasis
y entonces ellos, entusiasmados en una forma errónea,
dicen: "Ya desperté la Kundalini"... He ahí
su error, porque la Kundalini no despierta si no mediante
la Magia Sexual. No existe otro sistema, no lo he conocido
en ninguna época de la Historia de la Humanidad. Conocí
a los Lemures y a los Atlantes, fui testigo del nacimiento
de esta Raza; conocí a los Hiperbóreos y a los
Polares, conocí Humanidades de otros "Mahanvantaras"
y nunca vi que alguien pudiera desarrollar la Serpiente Ignea
de nuestros mágicos poderes, con procedimientos ajenos
a la Magia Sexual. Así, pues, estoy hablando sobre
hechos claros, concretos y definitivos.
Ahora
bien, despertar la Kundalini no es todo. Los Mayas han dicho
sabiamente: "No solamente necesitamos despertar la Serpiente,
es necesario ser tragados pos la Serpiente" ... Despertar
la Serpiente es algo incipiente; ser "tragados por la
serpiente", es diferente. Nadie podría gozar de
los poderes de la Serpiente, si antes no ha sido "devorado
por la serpiente". Esto lo ignoran, precisamente, todos
aquéllos anacoretas-yoguines de los cuales hemos hablado
esta noche.
Para
ser "devorado por la Serpiente", se necesita indubitablemente,
no sólo haber creado los Cuerpos Existenciales Superiores
del Ser, sino además (y esto es lo más grave)
haber reducido el Ego animal a polvareda cósmica. En
modo alguno podría alguien lograr la unión con
Dios, si antes no ha sido "devorado por la Serpiente";
jamás podría uno ser "devorado por la Serpiente",
si previamente no ha disuelto el Ego animal.
Quien
disuelve el Ego, es "tragado por la Serpiente";
aquél que es "tragado por la Serpiente",
se convierte en Serpiente. Obviamente, todo aquél que
se convierte en Serpiente, es devorado por el Aguila (el Aguila
es el Logos). Así que, el Aguila altanera, tragándose
a la Serpiente, símbolo cumbre de nuestro Pabellón
Mexicano, representa, precisamente, ese fenómeno cósmico:
el instante en que el Logos, el Verbo, la Palabra, el Señor,
se traga a la Serpiente. Como consecuencia o corolario, la
resultante en verdad, viene a ser la "serpiente emplumada".
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