En
las escuelas, colegios y universidades, se les enseña
a los estudiantes a poner atención en las clases, y
los alumnos y alumnas ponen atención para evitarse
el regaño, el jalón de orejas, el golpe con
la férula o con la regla, etc., mas desgraciadamente
no se les enseña a comprender, realmente, lo que es
la atención consciente.
Por
disciplina, el estudiante pone atención y gasta Energía
Creadora, muchas veces en forma inútil.
Nosotros
comemos y bebemos, y todos los procesos de la digestión,
en el fondo, son procesos de sutilización, en los que
las materias groseras se convierten en materias y fuerzas
sutiles.
La
Energía Creadora es el tipo de materia y de fuerza
más sutil, elaborada por el organismo.
Si
sabemos poner atención consciente, podemos ahorrar
Energía Creadora. Desafortunadamente, los maestros
y maestras no les enseñan a sus discípulos lo
que es la atención consciente.
Doquiera
dirijamos la atención, gastamos Energía Creadora.
Podemos ahorrar esa Energía si dividimos la atención,
si no nos identificamos con las cosas, con las personas, con
las ideas. Cuando nosotros nos identificamos con las personas,
con las cosas, con las ideas, nos olvidamos de Sí Mismos
y entonces perdemos la Energía Creadora en forma lastimosa.
Es
urgente saber que necesitamos ahorrar la Energía Creadora
para despertar Conciencia, y que la Energía Creadora
es el potencial viviente, el vehículo de la Conciencia,
el instrumento para despertar Conciencia.
La
atención consciente excluye eso que se llama "identificación".
Cuando nos identificamos con las personas, con las cosas,
con las ideas, viene la fascinación y esta última
produce el sueño en la Conciencia.
Hay
que saber poner atención sin identificación.
Cuando ponemos atención en algo o en alguien, y nos
olvidamos de Sí Mismos, el resultado es la fascinación
y el sueño de la Conciencia.
Observad
cuidadosamente a un cineasta: se encuentra dormido, todo lo
ignora, se ignora a Sí Mismo, está hueco, parece
un sonámbulo, sueña con la película que
está viendo, con el héroe de la película.
La
atención dividida en tres partes: Sujeto, Objeto y
Lugar, es de hecho atención consciente.
Cuando
no cometemos el error de identificarnos con las personas,
las cosas, las ideas, etc., ahorramos Energía Creadora
y precipitamos en nosotros el despertar de la Conciencia.
El
hombre que se olvida de Sí Mismo ante un insultador,
se identifica con él, se fascina, cae en el sueño
de la Conciencia, y entonces hiere o mata y va a la cárcel
inevitablemente.
Aquel
que no se deja fascinar por el insultador, aquel que no se
identifica con él, aquel que no se olvida de Sí
Mismo, aquel que sabe poner atención consciente, sería
incapaz de darle valor a las palabras del insultador, o de
herirle, o de matarle.
Todo
los errores que el ser humano comete en la vida, se deben
a que se olvida de Sí Mismo, se identifica, se fascina
y cae en el sueño.
Hay
que despertar, amigos, y aprender a vivir alertas, de momento
en momento. Es impostergable dividir siempre la atención
en tres partes: primera, Sujeto; segunda, Objeto; tercera,
Lugar.
Sujeto:
no olvidarnos de Sí Mismos, auto-vigilarnos en cada
segundo, en cada momento; esto implica el estado de alerta,
en relación con nuestros pensamientos, gestos, acciones,
emociones, hábitos, palabras, etc.
Objeto:
minuciosa observación de todos aquellos objetos o representaciones
que por medio de los sentidos, llegan a la mente. No debemos
jamás identificarnos con las cosas, porque así
es como cae uno en la fascinación y el sueño
de la Conciencia.
Lugar:
observación diaria de nuestra casa, de nuestra recámara,
como si fuera algo nuevo. Preguntarnos diariamente a sí
mismos: ¿por qué he llegado yo aquí,
a este lugar, a este mercado, a esta oficina?, etc., etc.,
etc.
Estos
tres aspectos de la división de la atención,
en modo alguno constituyen capítulo aparte, ni algo
diferente al proceso de disolución del "yo".
Incuestionablemente,
necesitamos auto-estudiarnos, auto-observarnos de momento
en momento, si es que de verdad queremos descubrir nuestros
propios defectos psicológicos, pues en relación
con nuestros semejantes, los defectos escondidos afloran espontáneamente,
naturalmente.
No
se trata meramente de estar auto-observando los pasos que
damos ni las formas del cuerpo, etc. La vigilancia sobre sí
mismos implica estudio silencioso y sereno de todos nuestros
procesos psicológicos, íntimos: pasiones, pensamientos,
palabras, etc.
La
observación de las cosas, sin identificación,
nos permitirá conocer los procesos de la codicia, del
apego, de la ambición, etc. Es irrefutable que a un
codicioso le costará mucho trabajo no identificarse
con un anillo de diamantes, o con unos cuantos billetes de
banco, etc.
La
observación sobre los lugares, nos permitirá
conocer hasta donde llegan nuestros apegos y fascinaciones
en relación con lugares diversos. Es pues, este triple
juego de la atención, un ejercicio completo para auto-descubrirnos
y despertar Conciencia.
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