Cuando
las tropas aliadas tomaron Berlín encontraron insólitos
planos y esquemas de armas secretas nazis. Aviones de ala
circular, aeronaves de despegue vertical y minas volantes
con apariencia de disco. Son los Platillos Volantes del III
Reich. ¿Fueron esos diseños inspirados por extraterrestres?
"Por ser éste el último homenaje público
que rindo a los héroes del nazismo chileno y a Rudolf
Hess, he deseado revelar la existencia de los OVNIs hitleristas
y las bases que ellos ya tienen también fuera del espacio
terrestre. Esta revelación va dirigida no a los camaradas
ni al público en general, quienes seguramente la tomarán
como una fantasía, pues en su gran mayoría desconocen
todo lo referente a este tema fundamental. La revelación
tiene por objeto principal hacer conocer a nuestros enemigos,
a los verdaderos gobernantes ocultos del Gobierno Mundial
Secreto, que saben de 1a existencia de los OVNIs hitleristas
y de sus bases extraterrestres, que nosotros también
sabemos...".
Estas
sorprendentes palabras encabezan el primer capítulo
de un libro de título tan elocuente y explícito
como Los OVNIs de Hitler contra el Nuevo Orden Mundial. Su
autor no es un fanático irracional, un fascista violento,
ni un cabeza rapada ignorante. La pluma responsable de esas
afirmaciones es Miguel Serrano, uno de los escritores y diplomáticos
más relevantes de la historia de Chile. Encabezó
la representación política de su país,
al frente de las embajadas de Chile en la India, Yugoslavia
y Austria, y en la actualidad es uno de los mayores ideólogos
del movimiento neonazi en todo el mundo.
¿Cómo
es posible que un intelectual de estas características
pretenda que el III Reich poseyera platillos volantes con
bases extraterrestres fuera del planeta? ¿Se trata
de un loco visionario? En absoluto...
Prototipos
Discoidales Alemanes
Cuando
aliados y soviéticos se repartieron los archivos secretos
alemanes, tras la caída de Berlín, se encontraron
con ingeniosos y fascinantes diseños de aeronaves extrañas
y completamente revolucionarias, que posteriormente intentarían
desarrollar en Rusia y EE.UU. con escasos resultados. Pese
a ello fue la creatividad y la genialidad de científicos
alemanes, como Von Braun, que tras la guerra se pasaron al
bando aliado, la que ha permitido al hombre llegar a la Luna.
No olvidemos que esos ingenieros alemanes desarrollaron la
carrera espacial tal y como la conocemos y es un hecho indiscutible
que los alemanes poseían conocimientos astronáuticos
y aeronáuticos avanzados para la época.
Está
documentada históricamente la existencia de varias
patentes, diseños e incluso construcción de
prototipos de aeronaves circulares o discoidales por parte
de los alemanes, antes, durante y después de la II
Guerra Mundial. Ya en fecha tan remota como en la Alemania
del siglo XIX, y como una premonición de los platillos
nazis que tantos quebraderos de cabeza han dado a los ufólogos
modernos, el matemático y teórico de la aviación
August Wilhelm Zachariae, hoy olvidado por la aeronáutica,
experimentó con modelos de ala circular.
La
historia de los platillos volantes alemanes se inicia con
el meritorio Alexander Lippisch, quien desde principios de
1939 desarrolló para la Messerschmitt de Augsburg su
caza-cohete con ala delta Me-163, que llegó a construirse
en serie aunque sin alcanzar resultados espectaculares.
Pero
también a finales de los años 30, otro alemán
diseñó aeronaves de planta circular, más
interesantes si cabe que las de Zachariae. Se trata del agricultor
de Machern (cerca de Leipzig) Arthur Sack. Sack, aficionado
al aeromodelismo, decidió abandonar las especulaciones
sobre platillos volantes y ponerse manos a la obra, construyendo
uno de esos modelos. Según publicaban las revistas
aeronáuticas alemanas e inglesas Luftfahrt International,
Air International o RAF Fliying Review, que reproducían
fotografías de este "OVNI nazi", no sabemos
qué inspiró a Sack, pero ahí está
su platillo volante.
Se
trata de un avión de forma circular plana, con los
colores alemanes de la Luftwaffe, del que tan sólo
se conservan dos fotografías, sin más datos.
El platillo, de impecable estampa marcial, presenta una cúpula
similar a la del antiguo M-109, la estrella de los cazas de
la II Guerra Mundial. La existencia de una hélice de
madera y de un rígido espolón hace suponer que
esta aeronave pudo ser pensada como oponente a los Mustangs,
Thunderbolts y populares Spitfires aliados.
A56,
Historia De Un OVNI Nazi
La presentación pública del platillo volante
de Sack se efectuó durante la celebración del
Primer Certamen Nacional de aeromodelos con motores de combustión,
celebrado los días 27 y 28 de junio de 1939 en Leipzig-Mockau.
El modelo presentado por Arthur Sack medía 1.250 mm.
y pesaba 4.500 gr., siendo impulsado por un motor Kratmo-30
empotrado, de 0,65 CV y 4.500 r.p.m., con un rotor de 600
mm de diámetro.
Los
participantes en el concurso, desarrollado prudentemente a
puerta cerrada, debían cubrir un recorrido de ida y
vuelta utilizando un mecanismo de dirección lo más
sencillo posible. Sin embargo, este primer intento de utilización
de pequeños modelos con fines tácticos de reconocimiento
resultó un estrepitoso fracaso. La mayoría de
los modelos, equipados con el llamado aparato autoguiado y
sus respectivos motores, mostraron sus peores cualidades.
El único modelo verdaderamente teledirigido, fabricado
por Sinn, se rompió en la salida, y otro con una turbina
de vapor, hecho por Soll, se incendió. Un desastre.
Sack
no se libró de la racha. Su platillo volante no fue
capaz de despegar del suelo y, finalmente, tuvo que ser lanzado
al aire por su propio autor. Tras ese "despegue de emergencia",
el modelo realizó un vuelo estable de unos 100 metros,
llegando a la meta a duras penas, si bien después de
la experiencia Sack perfeccionó su diseño para
vuelos más rápidos y largos.
Pese
a todo, Arthur Sack tuvo mucha suerte, ya que entre los asistentes
al certamen se encontraba el general-ministro del Aire Udet,
quien resultó impresionado por la idea. Udet resultó
un gran partidario de la utilización bélica
de los platillos volantes, asignándoles la misma función
defensiva desarrollada hasta entonces por los globos. Entusiasmado,
el ministro prometió a Sack "allanarle el camino
para posteriores investigaciones". Dicho y hecho. Arthur
Sack construiría algunos modelos más de platillos
volantes antes de que comenzara la realización de un
avión tripulado, a mitad de la guerra, en los talleres
de MIMO (Mitteldeutsche Motorwerke), en Leipzig. El diseño
final, denominado AS6, se concluyó en los talleres
de vuelo de Brandis, a principios de 1944.
El
primer prototipo del AS6 estaba equipado con un motor Argus
10C de 140 C.V. y tenía un ala circular con perfil
Göttinger de 6,40 m de envergadura. Para un peso en vuelo
estimado en unos 750-800 kgs, la carga alar debió de
ser de unos 25 a 30 kilos por metro cuadrado. Por lo tanto,
casi quedaba dentro del reglamento de medidas de una klemm
25D.
¿Genios
Visionarios o Influencia Alienígena?
Hasta aquí los hechos incuestionables documentados
en la historia aeronáutica que demuestran que lustros
antes de que Kenneth Arnold emplease el término platillo
volante para describir su avistamiento en el Monte Rainier,
en junio de 1947; ingenieros alemanes construían verdaderos
platos voladores. La cuestión es, ¿de dónde
sacaron Zachariae, Lippisch o Sack la idea de un diseño
aeronáutico circular?
A
mediados de los noventa dos documentales de televisión
sobre los platillos nazis conmocionaron a la comunidad ufológica
internacional. En ellos se vinculaba el hecho histórico
de la existencia de prototipos discoidales diseñados
en la Alemania de entreguerras y las tradiciones esotéricas
que tanto influyeron en la gestación del III Reich.
Intercalando
fotos de platillos volantes en cuyo fuselaje aparecían
esvásticas y cruces gamadas, con imágenes de
la Alemania nazi y vídeos modernos de OVNIs, dichos
documentales pretendían demostrar algo insólito:
que los iniciados de la Sociedad Thule a la que pertenecían
Hitler, Himmler y Hess, la "Santa Trinidad" del
Reich, utilizaron a varias médiums alemanas para comunicarse
con una civilización extraterrestre, que sería
la que habría inspirado los diseños discoidales
antes descritos y otros mucho más sofisticados que
utilizarían no las hélices de los stuka o los
motores a reacción de los sofisticados M-262, sino
motores de "antigravedad", fuerza "Vril"
y otros conceptos pseudocientíficos.
Según
los documentales citados, parece que todo pudo comenzar con
la fundación de la Sociedad Secreta Thule, a principios
de siglo. Años después, a finales de 1919, varios
miembros de Thule y de una de sus filiales, la sociedad Vril
-todos ellos especializados en energías alternativas-
se habrían reunido en una lujosa mansión alemana
en un encuentro, que según se decía en los controvertidos
videos, estuvo presidido por la médium Maria Ostig,
quien habría recibido comunicados sobrenaturales de
los espíritus: textos escritos en sumerio y en el código
secreto templario donde aparecerían las primeras pistas
para la construcción de revolucionarias aeronaves capaces
de llegar a las estrellas.
Para
los hitleristas, que consideran a Hitler más un líder
espiritual que político, los inspiradores de aquellos
textos y los míticos "Superiores Desconocidos"
serían criaturas extraterrestres que, mediante la médium,
habrían sugerido a los científicos alemanes
la construcción de naves discoidales que usarían
un supuesto sistema de propulsión por levitación.
Según la misma fuente, la sociedad Vril creó,
a mediados de 1934, la primera nave antigravitatoria: la FRZ-1,
y a finales de ese mismo año la FRZ-2, dotada de un
sistema de "dirección por impulsión magnética".
Los conceptos utilizados en estos documentales, como energía
Vril, motor Thule o naves Haunebu resultan, sin embargo, harto
incompatibles con la verdadera historia de los prototipos
de aeronaves discoidales alemanes que han sido históricamente
documentados. Según los análisis efectuados
por quien esto escribe, los videos que se difundieron a mediados
de los noventa son un fraude. ¿Con que objetivo? Probablemente
utilizar el fenómeno OVNI para atraer a jóvenes
fascinados por la ufología hacia las filas del movimiento
neonazi.
Un
Expediente Inquietante
En
su número correspondiente al mes de febrero de 1989,
la revista alemana Flugzeug publicaba el siguiente informe
de un oficial de la aviación alemana que, supuestamente,
habría protagonizado el insólito avistamiento
de un platillo volante en el aeródromo de Prag-Gbell
(antes llamado Praha-Kbely) en 1943. Este es el polémico
informe:
Lugar
de la observación: Escuela de Vuelos C14 en el aeródromo
de Prag-Gbell.
Fecha
del suceso: Agosto o septiembre de 1943, supuestamente un
domingo (creo recordar que no había servicio). Tiempo
bueno, seco y soleado.
Clase
de observación: "Estaba con mis camaradas de vuelo
en el campo y, más concretamente, cerca de los edificios
de la escuela, a una distancia de unos 2.000 metros del arsenal.
El aparato está en el hangar: un disco de 5-6 metros
de diámetro. En el centro tiene un cuerpo relativamente
grande. Debajo del cuerpo, cuatro patas altas y delgadas.
Color: Aluminio. Altura: casi la de un hombre. Grosor: de
30-40 cm., con un borde de varillaje exterior, tal vez eran
orificios cuadrados. La parte superior del cuerpo (casi un
tercio de altura total) se encogía sobre la mitad superior
del disco, y era plana y redondeada. Vi con mis amigos cómo
salía el aparato del hangar. Oímos entonces
el estruendo de los motores, vimos el lado externo del disco
girar, el aparato se encaminó , lentamente y en línea
recta hacia la parte sur del campo. Entonces se elevó
casi a 1 metro. Después de avanzar a esa altura unos
buenos 300 m, se paró de nuevo. El aterrizaje fue bastante
accidentado.
Mientras
algunos guardianes empujaban el aparato hacia el hangar, tuvimos
que abandonar el lugar. Más tarde, la "cosa"
voló de nuevo, logrando esta vez alcanzar el final
del aeródromo. Después, anoto en mi libro de
vuelo las personas allí presentes del FFS C14: Gruppenfluglehrer
(profesor de vuelo de grupo) Ofw. Michelsen; Fluglehrer (profesor
de vuelo) Uffz. Kohl and Buhler; Flugschüler (alumnos
de vuelo): Ogefr, Klassmann, Kleiner, Müllers, Pfáffle,
Schenk, Seifert, Siebert, Squarr, Stahn, Weinberger, Zöbele,
Gefr, Hering, Koza, Sitzwohl, Voss y Waluda."
Fuente:
Monográfico Revista Más Allá Nº
38
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