En
1959 el Dr. Carl Gustav Jung hizo una importante declaración
a propósito de los comienzos del fenómeno OVNI
y la proximidad de la Era de Acuario, en su obra "Sobre
cosas que se ven en el cielo".
"El
caso es que estos rumores y la existencia física de
tales cuerpos me parecen tan significativos que me siento
obligado, -lo mismo que ya otra vez, cuando se preparaban
los hechos que habrían de dejar su marca en Europa-
a lanzar una voz de advertencia. Verdad es que sé,
como en aquella ocasión, que mi voz es demasiado débil
para que llegue a oídos de los demás. No es
mi presunción ni arrogancia lo que me mueve; es mi
conciencia de médico la que me aconseja cumplir mi
deber de advertir a los menos de quienes puedo hacerme oír,
que a la humanidad le esperan hechos tales que corresponden
al fin de una era."
"Como
ya sabemos por la historia del antiguo Egipto existen fenómenos
de transformación psíquica que siempre se manifiestan
al término de un mes platónico y al comienzo
del siguiente. Según parece, trátase de cambios
producidos en la constelación de los elementos dominantes
psíquicos, de los arquetipos de los "dioses",
que provocan o acompañan transformaciones seculares
de la psique colectiva. Esta transformación comenzó
a darse dentro de la tradición histórica y dejó
sus huellas, primero en el paso de la edad de Tauro a la edad
de Aries, luego en el paso de la edad de Aries a la edad de
Piscis, cuyo comienzo coincide con el nacimiento del Cristianismo"
"Ahora
nos aproximamos al gran cambio que es lícito esperar
se produzca con la aparición del punto equinoccial
de primavera en el Acuario. Sería insensato de mi parte
pretender ocultar al lector que semejantes consideraciones
no solamente son en alto grado impopulares, sino que hasta
se aproximan peligrosamente mucho a esos nebulosos fantasmas
que ensombrecieron el cerebro de astrólogos y profetas
que pretendieron reformar el mundo. Debo correr el riesgo
por mi cuenta y apostar en el juego mi reputación,
laboriosamente conquistada, de veraz, digno de confianza y
capaz de discernimiento científico. Y puedo asegurar
al lector que me lanzo a esta empresa con el ánimo
no muy tranquilo. Para decirlo todo, me inquieta la suerte
de aquellos que, sin estar preparados, hayan de ser sorprendidos
por los acontecimientos y se extravíen ante su carácter
incomprensible. Como hasta ahora, que yo sepa, nadie se ha
sentido movido a considerar los posibles efectos psíquicos
del cambio que es de prever, ni a exponerlos por escrito,
estimo que es mi deber hacerlo en la medida de lo posible
y de mis fuerzas. Acometo esta ingrata empresa admitiendo
la probabilidad de que se me zafe de las manos el cincel con
el que debo tratar la dura piedra."
Del
Dr.Carl Gustav Jung, psiquiatra y psicólogo suizo
|