Necesitamos convertirnos en criaturas distintas, en criaturas
felices, en seres dichosos, pues tenemos derecho a la felicidad;
pero si no nos esforzamos, ¿cómo vamos a cambiar,
de que manera? ¡He allí lo grave!
Lo más importante es no identificarse con las circunstancias
de la existencia. La vida es como una película, y es
de hecho una película que tiene un principio y tiene
un fin. Distintas escenas van pasando por la pantalla de la
mente, y el error más grave de nosotros consiste en identificarnos
con esas escenas. ¿Por qué? Porque pasan, sencillamente
porque pasan; son escenas de una gran película, y al
fin pasan. Afortunadamente, en el camino de mi vida acepté siempre eso como lema: no identificarse uno con las diferentes
circunstancias de la vida.
Me vienen a la memoria, dijéramos, casos de la niñez.
Como quiera que mis padres terrenales se habían divorciado,
nos tocaba a nosotros los hermanos de una gran familia, sufrir.
Habíamos quedado con el jefe de la familia y se nos prohibía
visitar a nuestra madre terrenal; sin embargo, nosotros no éramos
tan ingratos como para poder olvidarla. Me escapaba siempre
de mi casa con un hermanito menor que me seguía; íbamos
a visitarla y luego regresábamos a casa, mas mi hermanito
sufría mucho, pues al regreso se cansaba porque era muy
pequeño, y yo tenía que llevarlo entonces sobre
mis espaldas (¡qué tan pequeño estaría!),
y lloraba él amargamente y decía: "Ahora,
al regresar a casa, papá nos va a azotar, nos va a dar
de azotes y de palos". Yo le respondía diciéndole:
"Todo pasa, acuérdate que todo pasa"... Cuando
llegábamos a la casa, ciertamente nos aguardaba nuestro
padre terrenal, lleno de grande ira, y nos daba latigazos. Posteriormente
nos internábamos en nuestra recámara a dormir;
pero ya al acostarnos, le decía yo a mi hermano: "¿Te
fijas?, ya pasó; ¿te convenciste de que todo eso
ya pasó?".
Un día de esos tantos nuestro padre alcanzó a
oír cuando yo le decía a mi hermano: "todo
pasa, eso ya pasó" y claro, mi padre que era bastante
iracundo, empuñó de nuevo el látigo terrible
que traía, y penetró en la recámara de
nosotros diciendo: "¿Con que todo pasa, sinvergüenzas?",
y luego otra azotaina más terrible nos dio, retirándose
después, al parecer muy tranquilo por habernos azotado.
Ya que él se retiró, un poco más quedito
le dije a mi hermano: "¿te fijas?, eso también
ya pasó"... Es decir, nunca me identificaba con
esas escenas, tomé como lema en la vida jamás
identificarme con las circunstancias, con los eventos, con los
acontecimientos, pues sé que esos acontecimientos, que
esas escenas van pasando. Tanto que uno se preocupa porque tiene
un problemazo, que no sabe cómo resolver, y después
ya pasa y viene otra escena completamente distinta; entonces,
¿para qué se preocupó? Si tenía
que pasar, ¿con qué objeto se preocupó?
Cuando uno se identifica con los distintos eventos de la vida,
comete muchos errores. Si uno se identifica con una copa de
licor que le están ofreciendo un grupo de amigos embriagados,
pues termina borracho; si uno se identifica con una persona
del sexo opuesto en un momento dado, resulta fornicando, y si
uno se identifica con un insultador que lo está hiriendo
a uno con sus palabras, resulta también insultando.
¿A ustedes les parece muy cuerdo que nosotros, que somos
gentes aparentemente serias, resultáramos insultando?
¿Ustedes creen que eso estaría bien? Si uno se
identifica con una escena, por ejemplo de sentimentalismo llorón,
donde todos están llorando amargamente, pues uno resulta
también con sus "buenas lagrimitas". ¿Ustedes
creen que eso estaría correcto, que otros nos pongan
a llorar así, porque les dio la gana? Esto que les estoy
diciendo, es indispensable, si es que ustedes quieren auto-descubrirse;
es indispensable, porque si uno se identifica completamente
con una escena, quiere decir que se ha olvidado de sí
mismo, se ha olvidado del trabajo que está haciendo,
y entonces está perdiendo el tiempo miserablemente. Las
gentes se olvidan completamente de sí mismas, se olvidan
de su propio Ser Interior Profundo; por eso se identifican con
las circunstancias.
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