Ante todo se hace necesario aprender a escuchar, muy raros en
verdad son los que saben escuchar.
Por
lo común, cuando alguien escucha, no escucha, porque
su "yo", su Ego, traduce todo lo que escucha a su
propio lenguaje, a su propia idiosincrasia psicológica,
dentro de su criterio, y total, no escucha...
La
gente, para poder aprender a escuchar, debe antes que todo
despertar la Conciencia. ¿Cómo podría
escuchar, psicológicamente, alguien que tiene la Conciencia
dormida?
Para
saber escuchar hay que estar presentes, y me pregunto a mi
mismo y pregunto a ustedes: ¿Están seguros,
los que están aquí presentes; están seguros
de que a estas horas no estarán ustedes deambulando
por sus casas, por su taller, o en el campo, o en algún
lugar de sus afectos?
Siempre
vemos a las personas sentadas, aparentemente escuchando, pero
¿cómo podría escuchar el que no está
en casa?
Por
lo común, cuando uno habla de Gnosis, aquellos que
aparentemente escuchan, no escuchan, huyen despavoridos, van
de aquí para allá y de allá para acá,
viajan por la ciudad psicológica interior. Recordemos
que dentro de cada uno de nosotros hay un país psicológico
y una ciudad psicológica, (una cosa es el lugar en
el cuerpo físico y otra cosa es el lugar psicológico
donde nosotros estamos ubicados).
¿En
qué lugar estaremos ubicados ahora mismo? Ustedes dirán
que acá (podría ser, podría no ser).
La realidad es que, es difícil saber escuchar, porque
por lo común el que escucha se escapa, viaja por su
país psicológico, huye en cualquier dirección.
Total, "no está en la casa", y no estando
en casa, ¿Quien escucharía? ¿La personalidad
humana? Verdaderamente, ella no sabe escuchar... ¿El
cuerpo físico? ¡ese no es más que un instrumento!
¿Quién escucharía entonces...?
Cuando
uno habla a otra persona, (y esto lo digo muy especialmente
a nuestros misioneros) tienen que estar un poco alerta, porque
las gentes huyen cuando nos escuchan o cuando aparentemente
escuchan, "no están en casa"...
Hay
también gentes que están muy llenas de sí
mismas; esas gentes no quieren escuchar la Palabra, no tienen
un lugar vacío, un puestecito para nuestra palabra,
están llenas de sí mismas; de sus engreimientos,
de sus orgullos, de sus vacuidades, de sus vanidades, de sus
teorías, etc., entonces la palabra no tiene donde entrar...
¿Dónde entraría, si esas gentes están
llenas de sí mismas?
Recordemos
a Jesús y su nacimiento: sus padres concurriendo, pues,
al empadronamiento citado por Herodes; no hallaron en el "mesón"
un lugar vacío... Entonces no hay en la "taberna
interior" (si es que se le puede dar ese nombre) un lugar
vacío para la Palabra; está ocupada la "taberna",
está ocupado el "mesón" (¡cuán
grave es eso!).
Nosotros
debemos tener la "escudilla" del Budha hacia arriba,
la "olla", para recibir la Palabra Crística;
pero en vez de hacer eso, las gentes colocan la "olla"
hacia abajo. Se necesitaría primero reconocer, pues,
nuestra propia nadidad y miseria interior para que quedara
en la "escudilla", en el "cuenco", en
la "olla", un lugar, sí, para la palabra.
Más en tanto estemos llenos de sí mismos, ¿cómo
podría la palabra entrar en nosotros? O en otros términos,
¿cómo podríamos aprender a escuchar desde
el punto de vista psicológico? Porque saber escuchar
lógicamente, o saber escuchar, dijéramos, físicamente,
es cosa relativamente fácil, pero psicológicamente,
¡cuán difícil es saber escuchar!
Hay
que estar en actitud receptiva, con la "olla" hacia
arriba, aguardando el alimento, o el "cuenco", o
la "escudilla", al estilo búddhico; pero
si la "olla" está hacia abajo ¿cómo
puede entrar el alimento en nosotros, cómo podríamos
recibirlo?
Esos
que están llenos de orgullo, de auto-suficiencia, esos
que están rellenos de teorías, ¿creen
ustedes acaso que se encuentran en el estado preciso para
poder recibir la palabra? Ante todo, tenemos que reconocer
nuestra propia nadidad y miseria interior, antes de poder
recibir el alimento de la palabra, y no es posible recibir
ese alimento si no sabemos escuchar. Pues antes, si hemos
escuchado nosotros una palabra miles y hasta millones de veces,
y creemos que la sabemos, que la hemos escuchado, pero en
realidad de verdad, no hemos escuchado esa palabra. Cualquier
día de esos tantos, la oímos y nos "cae
de nuevo"; pero si la hemos escuchado miles de veces,
¿por qué nos "cae ahora de nuevo"?
Porque siempre la habíamos escuchado con la Conciencia
dormida y un día cualquiera tuvimos la suerte de escucharla
con la Conciencia despierta, y nos "cae" como algo
nuevo...
Vean
ustedes cuán difícil es saber escuchar, vean
ustedes cuán trabajoso es... Se necesita ante todo
ser conscientes, si queremos saber escuchar. Recordemos aquella
tentación de Jesús en el desierto, cuando Satán
le dice: "Todos estos reinos del mundo te los entregaré
si te arrodillas y me adoras" (he allí la tentación).
Se le pedía a Jesús el Cristo que colocara la
"olla" boca abajo, que no la colocara hacia arriba
para recibir la palabra interior que viene de lo Alto, sino
que la colocara hacia abajo para escuchar las cosas externas,
para escuchar, pues, ese mundo de los sentidos externos...
De
manera que Jesús no cayó. ¿Por qué
no cayó el Gran Kabir Jesús? Porque El estaba
siempre alerta y vigilante como el vigía en época
de guerra, tenía la "escudilla" hacia arriba,
no hacia abajo; estaba aguardando recibirla. Pero si El hubiera
caído en tentación, es decir, si hubiera colocado
la "escudilla", la "olla" hacia abajo,
hubiera escuchado palabras externas, cosas que vienen de afuera,
cosas del mundo, no habría sido capaz de escuchar psicológicamente.
Así,
mis queridos hermanos, nosotros debemos volvernos cada vez
más receptivos a la palabra, debemos aprender a escuchar
psicológicamente. Más repito: ¿cómo
se podría escuchar si estamos fuera de casa? Para poder
escuchar, hay que estar en casa... ¿Y quienes están
fuera de casa? ¡pues todos los inconscientes...!
¿Ustedes
pueden estar seguros de que en este momento me están
escuchando? ¿Podrían asegurarlo? ¿Podrían
ustedes asegurarme, en este momento, jurar de que ustedes
están íntegros, no ambulan ustedes por otros
lugares? La cruda realidad de los hechos es que cuando escuchan
las gentes no escuchan porque andan por otros lugares, están
ausentes, no están en casa, deambulan.
¿Por
qué no recuerdan las personas, las gentes, sus vidas
anteriores? ¡Pero cómo las van a recordar, si
no están en casa! ¿Puede uno recordar acaso
algo que uno no ha experimentado? "Estar en casa"...
¿Quién sabe lo que es "estar en casa"?
Me refiero a esta "casa", a la persona humana...
Normalmente, el Ser anda fuera de casa; entonces, ¿cómo
podríamos recordar las pasadas existencias, si siempre
estuvimos fuera de casa?
Hay
dos cosas capitales en nuestros estudios gnósticos:
primero: recordación de sí mismos, es decir,
de nuestro propio Ser, y segundo: relajamiento del cuerpo...
Recordarse a sí mismo y relajar el cuerpo, debemos
hacerlo continuamente. Normalmente el cuerpo siempre está
en tensión (los nervios en tensión, los músculos)...
Hay necesidad de aprender a recordarse a sí mismo y
relajar el cuerpo; yo lo hago continuamente, todos los días:
el recuerdo de mí mismo y relajar el cuerpo, en un
sillón, sea en una cama o donde sea. Eso es indispensable:
ir día a día recordándonos cada vez más
y más de sí mismos, es decir, de nuestro propio
Ser.
Por
olvido del Ser, en realidad de verdad las gentes cometen muchos
errores y tienen tantas teorías tan equivocadas. Si
Laplace, el gran astrónomo y matemático francés,
no se hubiera olvidado de sí mismo, de su propio Ser,
no habría concebido jamás en su mente esa teoría,
la famosa teoría de Laplace, esa teoría falsa,
absurda, completamente absurda... Cuando Laplace presentó
su teoría a Napoleón Bonaparte, explicándole
cómo de una nebulosa sale un planeta o un sistema solar,
entonces Napoleón le dijo: "¿Y cuál
es el puesto que habéis dejado a Dios". Cínicamente
responde: "No, señor, yo no he necesitado de Dios
para elaborar mi teoría" (vean ustedes la auto-suficiencia).
Es precisamente por lo mismo, porque no apeló a su
Ser Interior, como pudo elaborar esa teoría, esa teoría
falsa, porque a ningún astrónomo del planeta
Tierra le consta jamás, nunca haber visto, con sus
propios ojos, un planeta saliendo o emergiendo de entre una
nebulosa. Así que, entonces no les consta; sin embargo,
es admitido por muchos necios como dogma de fe... Si Laplace
no se hubiera olvidado de sí mismo, no habría
elaborado esa absurda teoría...
Por
ahí anda un necio que echó una gota de aceite,
entre un vaso con agua. Con un palillo se propuso hacer girar
la gota de aceite: se extendieron anillos que luego quedaron
girando alrededor de la gota central.. ¡y así
se formó el Universo...! Le preguntan: "Y entonces
qué? ¿Y Dios?" "No, no, necesitaba
de Dios, vea como se forma"... ¡Pero bien tonto!
no se da cuenta de que en su teoría está él
haciendo el papel de Dios, pues es él que con su movimiento
está haciendo girar el aceite ese, las gotas de aceite
alrededor del mundo.. Sin embargo, es tan necio que no se
da cuenta que hubo necesidad de alguien que provocara los
movimientos, pues sola, la gota de aceite no giraría
ni se extendería en forma de anillos; necesitó
de una mano que la moviera, de un impulso inteligente, pero
el cínico ese, el tonto ese, está haciendo el
papel de Dios y sin embargo negando a Dios. De manera que
así es la gente, torpe, cuando se olvida de sí
misma...
En
cuanto a mí se refiere, gracias a Dios no me he olvidado
de mí mismo, es decir, de mi propio Ser; por lo tanto
digo que la nebulosa de Laplace y su teoría nebular,
es falsa... Yo voy más lejos, yo estoy con Sababat,
¡con Sababat! ¿Qué es eso? dirán
ustedes (Diamahath... Si digo que estoy con Diamahath, no
estoy cometiendo ningún delito)... Es la Inteligencia
Directriz, formada dijéramos por el Sabaoth, por el
Ejército de la Palabra.
¿Cómo
surgió el Universo, de una nebulosa? ¡No es cierto,
no digan falsedades! Surgió de Sababat, de la Substancia-Madre,
del Caos (de la Mula-Prakrithi, dirían los Indostanes).
Es obvio, ¿que se celebraron ciertos rituales, tántricos
por cierto, en el amanecer del Mahanvantara? ¡Es cierto!
Claro, los Elohim que en su conjunto constituyen el Sabaoth,
ese Ejército de la Palabra, se desdoblaron a sí
mismos en la forma del Andrógino Divino, pero al desdoblarse
a sí mismos como macho-hembra, quedaron lo suficientemente
preparados para fecundar la Materia Caótica; así
fue como la Isis y su principio Masculino, ejercieron entonces
una cópula de tipo químico, metafísico,
para fecundar la Materia Caótica, para fecundar a Sababat,
el Caos. Entonces separaron las aguas superiores (del Caos)
de las inferiores. Esas superiores fueron fecundadas por el
Fuego, ascendieron por la espina dorsal de Isis (hablando
en forma colectiva), fueron fecundadas por el principio masculino,
con el Fuego y luego regresadas posteriormente al Caos, para
que el Caos fuera a su vez fecundado, y así surgió
la vida, surgió el semillero de todo lo que es, ha
sido y será; se produjo el "Remolino Atómico"
por todas partes. Luego los Gérmenes de la existencia,
los Atomos Elementales, los Gérmenes Elementales surgieron,
surgieron los mundos con todas sus cosas, todo gracias a Elohim
o a los Andróginos Divinos, o a las Huestes de los
Elohim, para hablar más claro, pero allí no
hubo ninguna nebulosa.
La
primera forma que surgió a la existencia, fue un Universo
mental; mucho más tarde cristalizó en forma
Astral, después en forma Etérica y después
tomó forma Física, pero no hubo ninguna nebulosa
por allí, como dice Laplace; todo fue producto del
Verbo, todo fue producto de la Palabra... Si Laplace no se
hubiera olvidado de sí mismo, si en vez de elaborar
su teoría se hubiera entregado a la meditación,
es obvio que habría podido algún día
evidenciar los orígenes del Universo, que distan mucho
de parecerse a las teorías de Laplace. Esa es la cruda
realidad de los hechos...
De
manera que, cuando uno se olvida de sí mismo, comete
errores espantosos. Lo más grave es olvidarse uno de
sí mismo...
El
Fuego es lo que cuenta en cualquier creación; pero
una cosa es el fuego en el mundo físico y otra cosa
es el Fuego en el Caos. Obviamente, en el Caos el Fuego es
una potencia eléctrica, con posibilidad de despertar
para crear.
En
estos días en que estamos trabajando con Pistis Sophía,
digo que Pistis Sophía en el Caos es definitiva. Realmente,
Sophía, Sabiduría, es Fuego y resplandece en
el Caos; por algo se dice que "la luz sale de las tinieblas"
y que "el Cosmos sale del Caos"... Pistis Sophía,
como Fuego, resplandece en el Caos para crear y volver nuevamente
a crear. La Divina Sabiduría está en el Caos
y del Caos puede brotar para llegar al "Aeón-13"
al "13-Serpiente", al "13 Numeral Séptimo".
Así,
mis queridos hermanos, debemos nosotros reflexionar cada vez
más en todo esto. Grandes cosas se abren para uno,
cuando no se olvida de su Ser, cuando se recuerda a sí
mismo profundamente...
Es
aconsejable que los hermanos diariamente, sea por cinco, diez
minutos, un rato, media hora, una, se recuerden a sí
mismos, que sentados en un sillón, relajen su cuerpo
totalmente; un día podrán llegar a la experiencia
de lo Real por ese camino, que es un modo de actuar sobre
el centro emocional por medio del centro motor, al estar luego
en esa actitud de la mente, en plena relajación, vivenciando
al Ser, sintiéndolo, experimentándolo... Volverse
receptivo al Ser; eso es fundamental.
La
personalidad debe volverse cada vez más pasiva y receptiva
a la palabra que viene de arriba, de lo Alto; esa palabra
viene a través de los Centros Superiores del Ser y
llega a la mente; pero si no somos receptivos, si no aprendemos
a relajarnos, si nos olvidamos de sí mismos, ¿cómo
podremos recibir los mensajes que vienen a través de
los Centros Superiores del Ser, de qué manera?
Los
hermanos deben comprender esto, se necesita volvernos receptivos,
aprender a recibir la palabra, captar su honda significación
(eso es fundamental). Diariamente, debemos relajarnos y recordarnos
a sí mismos, a nuestro propio Ser; así avanzaremos
triunfantes...
Bueno,
si hay algún hermano que quiera preguntar, pueden hacer
sus preguntas con la más entera libertad. Todos tienen
derecho a preguntar, o todos pueden preguntar, sin salirse
del tema, hable hermano.
P.-
Quisiera saber, Venerable Maestro, lo siguiente: cuando un
estudiante no está en el recuerdo de sí, ¿es
inútil que consulte a un Maestro para que le resuelva
una situación, puesto que no lo va a saber escuchar?
R.-
Pues, consultar es necesario, pero saber escuchar es indispensable.
Así, pues, no es absurdo consultar, lo que sí
es absurdo es no saber escuchar... ¿Hay alguna otra
pregunta, hermanos?
P.-
Por medio de la educación de la palabra, ¿se
puede aprender a escuchar?
R.-
Una cosa es hablar y otra escuchar; si no sabemos escuchar,
no tendremos el verdadero conocimiento. Para saber escuchar,
se necesita estar alertas y vigilantes, estar conscientes.
También se necesita que haya un pleno equilibrio entre
el Saber y el Comprender, o entre el Conocimiento y el Ser.
Pero una cosa es escuchar y otra cosa es hablar. Educar la
palabra es conveniente, no digo que no, pero se hace indispensable
saber escuchar, a eso no referimos principalmente, a la Ciencia
de Escuchar. ¿Alguna otra palabra hermano?
P.-
Maestro: cuando uno está frente a usted, hay un aletargamiento
de la mente, queda uno incapacitado para absorber toda la
palabra del Maestro, para absorber el conocimiento trascendental,
es decir, queda uno como perplejo, atontado, frente a la sabiduría
del Maestro, de tal manera que resulta harto difícil
escucharlo a usted. Entonces, ¿qué podría
hacer para aprender a escucharlo, Venerable Maestro?
He
oído tus palabras... Indudablemente, hay que saber
escuchar; se necesita el estado de alerta-percepción,
de alerta-novedad, si es que se quiere escuchar. Más
repito: ¿cómo podría saber escuchar el
que no está en casa? Normalmente, las gentes que escuchan
en un auditorio al conferencista, suelen escaparse, tienen
múltiples "agregados psíquicos inhumanos"
que van y vienen por todas partes... Total que, estando allí
en el auditorio escuchando, no están, y oyendo no oyen,
porque están fuera de casa...
Si
se quiere saber escuchar, debe uno estar íntegro, unitotal
ante el conferencista; deben estar los tres centros (el intelectual,
el emocional y el motor) integrados, unidos; pero si esos
tres centros andan disociados: el intelectual por un lado,
el emocional por el otro y el motor por otro, pues sencillamente
no se está escuchando la palabra. De manera que saber
escuchar es algo muy difícil y fundamental, porque
si uno aprende a escuchar, puede entonces recibir información
completa sobre el trabajo gnóstico esotérico.
Téngase
en cuenta que en la vida práctica, la vida tiene muchas
fuerza. La vida y el estado de inconsciencia tienen una fuerza
terrible; parecería como si la vida en el estado de
inconsciencia de la humanidad, tuviera más fuerza todavía
que el conocimiento esotérico gnóstico. Pero
lo que sucede es que las gentes están tan llenas de
sí mismas, repito, que no pueden recibir entonces la
información que se les da a través de la palabra;
están llenas, no reciben la información correcta,
es decir, no saben escuchar (están llenas de sí
mismas)...
Si
uno escucha, si aprende a escuchar en estado de alerta-percepción,
de alerta-novedad, llega uno también a reconocer por
tal motivo, mediante los datos que recibe, mediante la palabra
que lo informa, realmente viene a descubrir que es un cuitado,
un desnudo, miserable y hambriento. Queda, pues un lugar vacío
para que la palabra pueda entrar allí; pero mientras
uno se sienta lleno, mientras se sienta engreído, se
sienta satisfecho con todos esos Egos, ¿cómo
va a recibir la palabra? No hay un lugar vacío dentro
de la persona, para que la palabra pueda almacenarse allí.
De
manera que debemos nuestros "cántaros", nuestra
"escudilla", nuestro "cuenco", deben estar
hacia arriba, abierto, aguardando la palabra, el alimento
que va a nutrirnos, que va a orientarnos. Pero si uno voltea
la "olla" hacia abajo, ¿cómo va a
recibir? No recibe; necesita voltearla hacia arriba, dejar
un puesto vacío para que ahí en esa "olla",
a esa "olla" llegue el conocimiento...
P.-
Maestro: la falsa educación, la falsa moral, ¿es
también un obstáculo para aprender a escuchar?
R.-
Pues ciertamente, la falsa educación causa mucho daño.
Digo que la educación que uno recibe en las escuelas
primarias, en la preparatoria, kínder, secundaria y
universidad, es falsa, porque no está relacionada con
ninguna de las parte autónomas y auto-conscientes del
Ser. Siendo falsa, falsea de hecho los cinco cilindros de
la máquina y nutre a muchos "agregados psíquicos
inhumanos". Un sujeto con una personalidad falsa, bien
robustecida, es un sujeto que no está dispuesto a saber
escuchar, que no sabe escuchar; siempre escucha las voces
subjetivas, infra-conscientes, infrahumanas de los cinco cilindros
de la máquina orgánica. Las únicas voces
que sabe escuchar son las de la falsa personalidad; se siente
tan relleno de conocimientos, que no deja un lugar vacío
donde pueda un instructor depositar la palabra. De manera
que la falsa educación perjudica horriblemente, y en
cuanto a la falsa moral, pues ¿no se a qué moral
te refieres?
P.-
Pues a la moral, digamos, apegada a lo viejo, a la tradición...
R.-
Esa no sirve; hablemos de ética revolucionaria... Porque
la moral es esclava de las costumbres y de los lugares, de
las épocas. Lo que en un país es "moral",
en otro país es "inmoral"; lo que en una
época fue "moral", en otra época es
"inmoral"; lo que en un tiempo fue "moral",
en otro tiempo es "inmoral"... Veamos un caso muy
concreto: en la China, por ejemplo, hasta hace poco tiempo,
matar al padre porque ya estaba muy anciano, pues, se consideraba
"moral". Entregarle las niñitas chiquitas,
recién nacidas, a los misioneros católicos que
llegaban allá cambiándolas por sellos de correos...
Es normal, por ahí había un cura que trajo ciento
y más de niñitas adquiridas con puros sellos
de correos, normal, sus padres tiraban a una niñita,
porque era niñita a la calle, como es mujer, eso no
vale la pena, la tiraban a la calle, únicamente se
alegraban cuando nacía un varón, pero nacía
una mujer y la tiraban a la calle o la cambiaban por "timbres
de correo"... De manera que, ¿en qué quedamos
con la moral? La moral es esclava de las costumbres. Podríamos
citar miles de casos, algunos de ellos muy dolorosos y hasta
vergonzosos, sobre la tan cacareada "moral"...
Así,
pues, la moral es esclava de las costumbres, de los tiempos,
es el resultado de todos los prejuicios de la humanidad. Eso
no sirve, si uno quiere marchar por la senda de la Auto-Realización
Intima del Ser, tiene que libertarse de la moral. Hablemos
más bien de Etica Revolucionaria; esto "suena"
mejor. Uno tiene que aprender a hacer un inventario de sí
mismo para saber qué le sobra y qué le falta,
y también aprender a manejar las virtudes.
Una
virtud, por muy santa que sea, fuera de lugar causa daño;
hay muchos santos que han perjudicado a la humanidad con sus
virtudes; esa es la cruda realidad de los hechos. Sin embargo,
las virtudes son preciosas, pero el que no las sabe manejar,
obviamente causa daño con las mismas virtudes. De manera
que no hablemos de moral, hablemos de Etica Revolucionaria.
La moral no sirve, perjudica nuestro desarrollo... ¿Hay
alguna otra palabra?
P.-
Maestro, hay que saber escuchar y hay que estar en casa para
poder escuchar... ¿podría usted ahora Venerable
Maestro, hablarnos un poco sobre el "mal secretario"?
R.-
El "mal secretario" es terrible, es nada menos que
el Ego. y él traduce todo de acuerdo con su idiosincrasia
psicológica, total, que no ha terminado el conferencista
de hablar y el Ego ha formado su propio concepto, pero falso,
pues se basa en los prejuicios, en los temores, en las falsas
teorías, en la educación falsa recibida, etc.,
etc., etc., y otras tantas "hierbas"... El "mal
secretario" causa mucho daño; por eso hay que
estar alertas y vigilantes siempre, dispuestos a recibir la
palabra, pero alertas, atentos y presentes. Si andamos ausentes,
¿cómo podríamos recibirla? Repito: ¿por
qué las gentes no recuerdan sus vidas anteriores? Sencillamente
porque nunca están presentes, nunca están en
casa; muere el cuerpo y nunca han estado en casa... ¿Cómo
van a recordar las vidas anteriores, si nunca estuvieron en
casa?...
P.-
Maestro: puede hablarnos de la relación que hay entre
saber escuchar y la oración....?
R.-
Es muy interesante la pregunta que hace nuestro hermano, ciertamente
saber orar y saber escuchar es indispensable, pero hay que
saber orar, he ahí lo difícil. Ante todo hay
que saber que hay 4 estados básicos de Conciencia:
primero, la inconsciencia total del individuo que está
durmiendo en la cama. El Ego anda en los mundos internos tan
inconsciente como el cuerpo que reposa. Segundo, la inconsciencia
del individuo que ha despertado y se ha levantado de su cama.
Sigue con los mismos sueños que tenía cuando
estaba el cuerpo en estado pasivo, sólo que ahora el
cuerpo está activo para nosotros. En esos dos estados
inhumanos o infrahumanos es imposible poder hacer una oración
correcta... Para poder uno hacer una oración correcta
tiene que apelar a un Tercer Estado de Conciencia, a la recordación
de sí mismo, de su propio Ser. Cuando uno se concentra
en su Padre que está en secreto con la oración
del Señor: "Padre nuestro que estás en
los cielos..." obviamente está haciendo una oración
consciente, que tendrá una respuesta consciente.
Más
si hemos de apelar a la oración del Señor, primero
tenemos que concentrarnos en nuestro propio Señor Interior
Profundo, en nuestro Ser. No en un Dios antropomórfico
estilo dogmático, como el que tienen muchas sectas
muertas, ¡no!, en la parte superior de nuestro propio
Ser, esa parte trascendental es el Padre que llevamos en el
fondo. Es a El a quien nos debemos dirigir.
La
oración debe ser reflexiva. Después de la recordación
del Señor, que es nuestro propio Ser interior profundo,
meditaremos en cada palabra de la oración del Señor,
en cada frase, palabra por palabra, frase por frase. Tratando
de comprender la honda significación. Concluida la
oración nos relajamos aún más, en estado
pasivo, receptivo. Con mente quieta y en profundo silencio
aguardamos que venga la palabra del Padre... Si logramos escucharla,
si encontramos respuesta, la oración ha sido bien hecha.
Pero si no logramos escucharla, si no llega a nosotros, significa
esto que la oración ha sido mal hecha, no ha sido perfecta.
Uno
tiene que aprender a platicar con su Padre. Con el Padre que
está en secreto cara a cara, en profunda quietud y
silencio. Así es como debemos entender la oración.
Así es como debemos entender nosotros la "Palabra"
venida de lo alto. Esa Palabra llega a la mente a través
de los Centros Superiores del Ser, pero hay que estar en estado
receptivo para escuchar, eso es todo...
P.-
Maestro: muchas veces una palabra nos llega más profunda
que otra ¿para poder captar más hay alguna forma,
alguna manera de poder forzar a la mente a captar más...?
R.-
Plena atención consciente. Si no se tiene la plena
atención consciente, ambularemos de un lugar para otro
mientras se escucha y así escuchando no escucharemos.
Hasta aquí mis palabras...
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