Con
el mayor placer me dirijo a este grupo de hermanos, deseando
naturalmente, saludarlos aquí en el mundo físico,
ya que en los mundos superiores conocemos nosotros a todos
y cada uno de los aquí presentes.
Ciertamente la Gnosis viene a llenar una necesidad en ésta
Era del Acuario. En nombre de la Verdad debo decirles a ustedes
que la Nueva Era, empezó exactamente el 4 de febrero
del año 1962, entre las dos y tres de la tarde. Entonces
hubo un embotellamiento del tránsito celeste en la
Constelación del Aguador. Los observatorios de todos
los países de la Tierra pudieron observar tal evento,
fue algo que se conoció en los cuatro puntos cardinales
del mundo. Fue algo que se vio en los observatorios de Palomares
en Estados Unidos, o de Manila, o de Londres, etc.
No
se trata de una afirmación a "priori" sin
documentación de ninguna especie. En realidad de verdad
éste evento fue un hecho concreto, rigurosamente observado
por la Ciencia Oficial.
Los
planetas del Sistema Solar se reunieron en supremo congreso,
precisamente bajo la Constelación de Acuario. Desde
entonces como secuencia o corolario empezó la Era del
Acuarius, la Nueva Era.
Sin
embargo es de saberse que en este momento se sienten los últimos
impulsos de Piscis, que tratan de mezclarse con los primeros
albores de Acuario. Hay una especie de mezcla entre las dos
corrientes, la que agoniza y la que nace, entre lo viejo y
lo nuevo, entre lo que está caducando y lo que tiene
sabor revolucionario.
A
medida que vaya pasando el tiempo la Era del Acuarius se irá
haciendo sentir cada vez más, más y más.
Obviamente
esta Era trae grandes acontecimientos, si observamos rigurosamente
la Constelación de Acuario veremos que está
gobernada por dos planetas; el primero de ellos es Urano,
un planeta revolucionario, catastrófico en un ciento
por ciento.
El
segundo Saturno, tal mundo está representado en la
Alquimia por el Cuervo Negro, la Muerte. Significa de hecho
el regreso al Caos original primitivo, esto lo saben los divinos
y los humanos. Frente a la Constelación del Aguador
está la Constelación de Leo, obviamente el signo
de Leo es un signo zodiacal de fuego. Incuestionablemente
el León de la Ley sale al encuentro de una humanidad
lo suficientemente madura y vergonzosa, dijéramos,
como para el Karma o castigo final.
Observen
bien la posición de esas dos constelaciones, en la
una hallamos el agua, en la otra el fuego. Bien sabemos a
través del curso de la historia que el fuego y el agua
siempre se han disputado el destino de este mundo.
Indubitablemente
así como existe el año terrestre, también
existe el gran año sideral. Un año terrestre
es la vuelta de la Tierra alrededor del Sol; un año
Sideral es la vuelta o el viaje del Sistema Solar nuestro,
alrededor del cinturón Zodiacal.
Nuestro
Sistema Solar inició el presente viaje bajo la Constelación
de Acuario, después del Gran Diluvio Universal, que
no fue otra cosa que la sumersión del Continente Atlante,
entre las embravecidas olas del océano que lleva su
nombre. Desde aquella época, comenzando pues con el
nuevo viaje, también se inició la Nueva Raza,
que es la nuestra.
Los
atlantes perecieron, pero surgió la Raza Aria; ésta
raza surgió desde el instante mismo en que el Sistema
Solar inició su nuevo viaje alrededor del Zodíaco.
Ese nuevo viaje -repito-, se inició bajo la Constelación
de Acuario.
Así
como existe el año terrestre existe el año sideral.
El sistema Solar ya está concluyendo su viaje alrededor
del Zodiaco, acaba de regresar a la Constelación de
Acuario, y al final del viaje, incuestionablemente tiene que
haber un gran cataclismo.
El
pasado fue maravilloso -en el pasado viaje existió
la raza de los atlantes-, pero concluyó ese viaje precisamente
en la Constelación de Acuario con un gran cataclismo,
el Diluvio Universal. Ahora nuevamente concluye el viaje del
Sistema Solar en la mismísima Constelación de
Acuario, entonces tiene que haber indubitablemente una Gran
Catástrofe.
Hay
fenómenos cósmicos que son extraordinarios,
así como el Sistema Solar viaja alrededor de todo el
Cinturón Zodiacal hasta regresar al punto de partida
original, así también hay un mundo, un planeta
gigantesco que hace juego con esta mecánica sideral.
Quiero referirme en forma enfática al Planeta Hercólubus,
es un mundo gigantesco, seis veces más grande que el
titán de nuestro Sistema Solar llamado Júpiter.
Hercólubus,
tiene una órbita enorme, pertenece a otro Sistema Solar,
al Sistema Solar Tylar, dicho sistema se está acercando
peligrosamente a nosotros. Y en cuanto a Hercólubus,
viene viajando pues, en su órbita, rumbo hacia la Tierra.
Está a la vista de todos los telescopios del mundo,
en nuestra Asociación Gnóstica allá en
México tenemos nosotros el mapa, un mapa off-set, encontrado
en una hemeroteca dentro del Distrito Federal, no se trata
pues de simples suposiciones, sino algo que todos los astrólogos
conocen.
No
hay observatorio en el mundo donde no se sepa, donde se ignore
la cuestión esta de Hercólubus. Cuando aquel
enorme y gigantesco planeta se acerque demasiado, se procesarán
en nuestro planeta Tierra acontecimientos extraordinarios.
La enorme masa llamada Hercólubus obviamente tiene
un poder magnético formidable, atraerá por tal
motivo el fuego líquido que existe en el interior de
la Tierra, entonces brotarán volcanes por todas partes
acompañados de intensos terremotos, nuestros antepasados
de Anawak, dijeron lo siguiente:
"Los
hijos del Quinto Sol, -refiriéndose a nosotros-, perecerán
por el fuego y los terremotos". Esto vendrá a
suceder con la llegada de Hercólubus, vendrá
obviamente el Gran Incendio Universal, preconizado por los
mejores videntes: San Juan, el vidente de Patmos; Jesús
de Nazaret -Gran Kabir-, Daniel el profeta, Nostradamus, etc.,
etc., etc.
La
llegada de Hercólubus causará verdaderamente
espanto en todas las latitudes del mundo, asegura Nostradamus
en forma enfática que este gigante de los cielos será
visible en pleno mediodía; que vendrá a interponerse
entre el Sol y Tierra, cual es de saber provocará un
gran eclipse, eclipse total. Como quiera que la masa planetaria
de Hercólubus es demasiado gigantesca, es obvio que
tiene que atraer el fuego líquido del interior del
mundo hasta la superficie; por tal motivo tienen que brotar
los volcanes por doquiera. Lo más grave es que cada
volcán nuevo surge en medio de terribles y espantosos
terremotos, no será pues extraño que en aquellos
días las grandes ciudades del mundo caigan hechas polvo:
Nueva York, París, Londres, Buenos Aires, etc., etc.,
etc.
Con el máximum de acercamiento de Hercólubus
hacia la órbita terrestre, incuestionablemente tendrá
que producirse una revolución de los ejes de la Tierra;
entonces los mares cambiarán de lecho y los continentes
actuales se sumergirán entre los océanos. Por
aquellos días la Tierra, toda entera habrá regresado
al Caos original primitivo, tal como se puede deducir cuando
se observa la Constelación del Aguador. Es necesario
ese regreso al Caos, para que de entre el fondo de los océanos
surjan tierras nuevas y cielos nuevos, como dijera el Apóstol
Pedro. No esta demás -viene a colación ahora-
citar precisamente la epístola de Pedro a los romanos,
dijo: " y los elementos ardiendo serán desechos
y la tierra y todas las obras que en ella hay, serán
quemadas". Pablo de Tarso también dice que habrán
cielos nuevos y tierras nuevas, y lo mismo dice el Vidente
de Patmos.
Así
que en realidad, nuestro Sistema Solar está concluyendo
su viaje alrededor del Zodíaco, algo similar sucedió
con la vida de los atlantes. Cuando terminó el pasado
viaje del Sistema Solar alrededor del Zodiaco llegó
Hercólubus, entonces se produjo una revolución
total de los Ejes de la Tierra, los mares cambiaron de lecho
y desapareció la Atlántida entre las embravecidas
olas del océano que lleva su nombre.
Ahora
finalizando el nuevo viaje que se iniciara después
del Diluvio podemos afirmar en forma enfática que una
catástrofe similar se avecina. Si fuera el agua en
aquella época la que iniciara la gran catástrofe
de los atlantes, ahora será precisamente el fuego el
que iniciará la tragedia.
Empero,
es de saberse que el Demiurgo Arquitecto del Universo, todo
lo tiene bien previsto, como quiera que habrán de surgir
tierras nuevas para una nueva humanidad, tendrá que
conservarse la simiente, la semilla; por tal motivo habrá
de prepararse un núcleo que sirva de basamento para
la Era del Acuarius, para la Edad de Oro, para la Nueva Raza.
Ese
núcleo estará formado por hombres y mujeres
de buena voluntad. Tal grupo será sacado secretamente
de entre el fuego y el humo en la hora del terror y se les
llevará a una isla que existe en el océano Pacífico.
Esta tal isla colocada en forma tal, estratégica, tan
protegida por las potencias cósmicas que los que allí
vayan no recibirán daño alguno, podrán
convertirse en espectadores de la gran tragedia. Les tocará
vivir como los Nibelungos de la sumergida Atlántida,
entre el vapor del agua y del fuego, porque por aquellos días
la Tierra toda estará envuelta en niebla de vapor de
agua. Les tocará a ellos contemplar con entera claridad
el duelo de los elementos durante varios siglos, entonces
ellos se acabarán de preparar eliminando radicalmente
de sí mismos los defectos psicológicos, tendrán
que reconquistar la inocencia, si es que anhelan o anhelaren
vivir en la Edad de Oro, en la Nueva Edad.
Quiero
decirles a ustedes, en forma enfática, que cuando aparezca
un doble arco iris en las nubes, por aquellos tiempos, los
que estén debidamente preparados lo tomarán
como señal y pasarán a vivir en tierras nuevas
y bajo cielos nuevos, porque estas tierras dejarán
de existir, y éstos cielos, cargados de tanto veneno,
habrán pasado a la historia.
Surgirá una tierra nueva, lo que es hoy la fisonomía
geológica de nuestro mundo, será cambiada totalmente.
Habrán continentes nuevos, donde vivirá una
nueva humanidad, vivirá la Sexta Raza-raíz.
Nosotros somos gentes de la Quinta Raza; la Sexta será
muy diferente. Antes de nosotros existió la Cuarta
Raza, en la Atlántida; mucho antes de los atlantes
existió la Tercera Raza, que fue la lemúrica,
en el gigantesco continente lemúrico, que entonces
se extendía en todo el océano Pacífico,
y antes que los lemures hubieran surgido, existieron los hiperbóreos
alrededor del polo Norte, la herradura que ese continente
formara en el Polo Norte. Y antes que los hiperbóreos
surgieran a la existencia, existió la Primera Raza,
la Raza Protoplasmática, en el casquete polar del Norte,
que otrora estuviera situado en la línea ecuatorial.
Digo así, porque a través del tiempo hay cambios
geológicos extraordinarios. Los polos actuales, por
ejemplo, ahora ya se están desviando y un día
estarán en la zona ecuatorial, y el Ecuador actualmente
se convertirá en polos en un futuro. Eso ya está
debidamente estudiado por los mejores sabios: la revolución
de los ejes de la Tierra, la verticalización de los
polos, etc.
Así que, nos preparamos para gigantescas catástrofes,
eso es obvio. El Movimiento Gnóstico, nuestra Asociación
de Estudios Gnósticos, Antropológicos y Culturales,
sólo tiene un objetivo: preparar el núcleo que
ha de servir para la futura Sexta Raza-raíz. Este movimiento
esoterista, crístico, tiene alrededor de cinco millones
de personas, en todo el hemisferio occidental, incluyendo
a los Estados Unidos, e iniciándose en este momento
también en el Canadá. Solamente perseguimos
un objetivo: preparar el núcleo que ha de servir para
la futura Sexta Raza-raíz. Quiero que ustedes sepan
que así como la Tierra tiene cuatro estaciones, durante
el año, que son: primavera, verano, otoño e
invierno; así también cada raza, durante el
viaje del Sistema Solar alrededor del Zodíaco, pasa
por cuatro estaciones: primavera, la Edad de Oro; verano,
la Edad de Plata; otoño, la Edad de Cobre; invierno,
la Edad de Hierro. Daniel, el profeta, ve allá en la
lejanía un enorme y gigantesco mar, un gran océano,
y cuatro bestias que luchan y se disputan entre sí
la supremacía. Luego, ante su clarividencia, surge
la primera bestia, que parecía un león y que
tenía alas como de águila y que le fue dado
corazón de hombre -es la Edad de Oro-; y luego ve surgir,
una segunda bestia que parece un oso y que hoya toda la tierra,
-es la Edad de Plata-. Y luego una tercera, que más
bien parece una esfinge -la Edad de Cobre-, y luego una cuarta
que es completamente distinta a las otras tres, porque es
de hierro, sus uñas y sus pies son de hierro, sus dientes
son de acero. Tritura todo lo que encuentra y tiene poder
para formar el desorden en todas partes: para destruir la
Naturaleza y aún para vencer a los Santos del Altísimo.
Pero se sentó el juez, vino, y le quitó al fin
su dominio y el Reino le fue entregado a los Santos del Altísimo.
Esta cuarta bestia es la Edad de Hierro, es la Edad actual
en que estamos, que terminará catastróficamente.
Recordemos también aquel sueño que tuviera Nabucodonosor-Rey.
Veía él, en su sueño, una gran estatua:
su cabeza era de oro, su pecho y sus brazos de plata, su vientre
era de cobre -de metal, se dice- sus piernas y sus pies eran
en parte de hierro y en parte de barro cocido. Entonces Nabucodonosor-Rey
llamó a todos los sabios de Babilonia para que le interpretaran
el sueño. Cuando ellos le requerían que los
diese a conocer, diciéndole: "Dinos tu sueño
y lo interpretaremos", él guardaba silencio y
sólo se limitaba a responder: "Mi sueño
no lo cuento, no lo digo, porque sé muy bien que vosotros
ponéis dilaciones, en tanto se cambia el tiempo y se
mudan las circunstancias. Si sois sabios, decidme ¿cuál
fue mi sueño? ¿Que fue lo que yo soñé?
y luego dadme la interpretación.
Protestaban,
naturalmente, todos los sabios y decían: "Jamás
rey ni príncipe alguno fue tan exigente". Enfurecido,
el monarca los hizo llevar a las prisiones y a la muerte.
Así estaban las cosas, hasta que surgió Daniel,
el profeta, que entonces se llamara en la tierra de Babilonia:
Beltsasar, y dijo: "Yo diré el sueño al
rey y daré su interpretación". ¡Claro,
Daniel se había preparado con anticipación,
había estudiado en el Mundo Astral el sueño
del rey; había salido del cuerpo, había investigado
ese sueño, de manera que ya estaba listo...! El monarca
dijo: "¿Eres tú capaz de saber que soñé"
"¡Sí, señor! Tú soñaste
con una gran estatua. Su cabeza era de oro, su pecho y sus
brazos eran de plata, su vientre era de cobre y sus piernas
y sus pies, en parte eran de hierro y en parte de barro cocido.
Eso significa: cuatro reinos que se suceden siempre en la
historia del mundo"... Claro, indubitablemente se refería
a las cuatro edades: la cabeza, a la Edad de Oro; el pecho
y los brazos, a la Edad de Plata; el vientre, a la Edad de
Cobre, y las piernas y los pies, en parte de hierro y en parte
de barro cocido, a la Edad de Hierro, que es en la que estamos
nosotros: en parte es fuerte y en parte es frágil.
Fuerte, aparentemente, pero frágil porque vendrán
los grandes terremotos, los grandes maremotos y espantosos
cataclismos y acabarán con toda esta perversa civilización
de víboras. ¡Esa es la cruda realidad...!
Claro,
asombrado Nabucodonosor-Rey, hizo ponerle a Daniel túnica
de púrpura y sobre su pecho un collar precioso, y en
su mano un anillo de diamantes, y lo declaró gobernador
de todo el reino.
Así
que, las cuatro Edades son un hecho. En la Edad de Oro de
una raza, no existe ni "lo mío" ni "lo
tuyo", todo es de todos y cada cual puede coger del árbol
del vecino sin temor alguno. Entonces reina el amor, la fraternidad,
todos adoran al Dios, le rinden culto, el Ego no existe entonces
en los seres humanos, todos son inocentes, preciosos, gozan
con la belleza de la Naturaleza. No hay fronteras, no hay
ejércitos, no hay nada que pueda disminuir la felicidad;
todo es de todos y lo único que reina, soberano, es
eso que se llama Amor.
En
la Edad de Plata, comienzan los seres humanos a querer conquistar
la tierra -por eso se la representa con un oso que hoya la
tierra-, pero todavía reina el esplendor primigenio,
se le rinde culto a los Dioses, a los Cosmocratores; se le
canta al sol de la mañana, a los Heraldos de la Aurora.
Se puede todavía percibir a los príncipes del
fuego, de los aires, de las aguas y de la tierra.
En
la Edad de Cobre, comienzan a surgir las guerras, comienzan
a aparecer las fronteras y desaparece el esplendor primigenio.
Y en la Edad de Hierro, todo termina con un pavoroso cataclismo.
En
la Edad de Hierro, la humanidad llega al estado actual en
que se encuentra. La cuarta bestia, realmente, ha sido espantosa
-como dijo Daniel-, distinta a las otras bestias, mas tendrá
su fin de la noche a la mañana.
Amigos:
estamos en una época de confusión y de degeneración,
estamos en la Edad de Hierro. Pero recuerden ustedes que se
está organizando el Ejército de Salvación
Mundial.
Con
estos estudios, nosotros lo que queremos es prepararnos, ojalá
todos y cada uno de los aquí presentes, pudiera ingresar
a ese núcleo precioso, que ha de servir como basamento
para la futura Edad de Oro.
A
la Edad de Oro corresponde el Evangelio según San Lucas
que es el Evangelio según la luz, el Evangelio Solar.
Símbolo de tal Evangelio es el toro alado, la tierra
regenerada, purificada, después de tanto dolor.
La
época actual está perfectamente ilustrada con
el Evangelio de Mateo. El Evangelio de Mateo es el Evangelio
según la Ciencia. ¿Y qué nos dice el
Evangelio de Mateo? "Cuando vieres a Jerusalén
rodeada de ejércitos, y haya pestes o epidemias, terremotos
por todas partes y enfermedades desconocidas, etc., etc.,
etc.", es porque la gran catástrofe se acerca,
se avecina. Eso dice en síntesis Mateo.
De
manera que Mateo -según la ciencia-, nos indica que
la catástrofe está a las puertas, se acerca.
Obviamente, es necesario regenerar la tierra, transformarla,
porque nuestro mundo Tierra está en estos momentos
pasando, o procesándose, dijéramos, de acuerdo
con la Ley de la Entropía. ¿Cuál es esa
Ley? Observen ustedes, por ejemplo, a dos marmitas llenas
de agua: una, con agua caliente, otra, agua fría. Coloquen
esas dos marmitas, cerca la una de la otra, juntas -tocándose,
quiero decir- y verán ustedes procesos involutivos
y desordenados en el agua de las marmitas, y al fin, estas
aguas quedan igualadas. Eso, en química, se le denomina
"entropía".
En
estos momentos, por ejemplo, la atmósfera está
contaminada con el "smog", no solamente en las grandes
ciudades, en los campos, en las montañas, en todas
partes. Ya en los bosques más profundos ya no vemos
el cielo tan azul como hace cincuenta años. Ahora tiene
un azul plomizo, ligeramente grisoso, y esto en los lugares
más lejanos de toda urbe. ¿Qué diremos
en las ciudades? Pensemos en el "smog" de Londres;
sin ir tan lejos, el "smog" de nuestro Distrito
Federal -en México- eso gravísimo. Los mejores
sabios han dicho que de continuar ese "smog", antes
de cuarenta a cincuenta años una enorme cantidad de
humanidad habrá perecido, debido al "smog".
Los
ríos están contaminados, los peces han desaparecido.
Ya no encuentra uno ríos de agua pura de vida, donde
pudiera para bañarse; todos están contaminados.
Los mares han sido convertidos en enormes basureros y las
especies marítimas están desapareciendo por
la contaminación. La tierra, toda, que antes producía
ricos frutos en abundancia, para sostener a todas las criaturas,
se está esterilizando. Ahora recorre uno enormes extensiones
de terrenos, convertido todo en desiertos. Los abonos químicos,
aparentemente magníficos, a la larga terminan por esterilizar
las tierras.
Al
paso que vamos, de acuerdo con la Ley de la Entropía,
pronto se habrá igualado todo. Y si pensamos en nosotros,
si no trabajamos sobre sí mismos, si no luchamos por
transformar nuestra mente, por transformar nuestras emociones,
llegará un día en que todos serremos igualmente
perversos, y apenas si habrá diferencia entre persona
y persona: nos habremos igualado, de acuerdo con la Ley de
la Entropía.
Así
la Tierra toda entera tiende a convertirse en una nueva Luna,
y nosotros, todos, involucionando con nuestras mentes desordenadas,
con nuestras pasiones animales y bestiales, con estos deseos
-dijéramos- o emociones de tipo inferior, como quiera
que no trabajamos sobre sí mismos -estoy hablando esta
vez en nombre de toda la humanidad-, obviamente llegará
el día en que quedaremos igualados y apenas sí
habrá diferencia entre persona y persona; todos seremos
terriblemente perversos. Esa es la Ley de la Entropía
Universal.
Se
necesita una transformación de la Tierra y del hombre,
pero esta transformación solamente es posible mediante
un gran sacrificio, mediante un gran holocausto. Solo mediante
el sacrificio es posible que una energía inferior se
convierta en una energía de tipo superior y diferente.
Observemos, por ejemplo, el combustible que pone en movimiento
a una locomotora: este es sacrificado en aras de la velocidad,
en aras de la fuerza motriz que impulsa al tren. Así
que el sacrificio es indispensable para transformar una fuerza
inferior en algo distinto, en algo superior y diferente.
Si
la Tierra no pasara por una gran catástrofe, si no
hubiera esa catástrofe, si todo lo que aquí
estamos diciendo, resultara falso, entonces la Tierra toda,
dentro de poco tiempo estaría convertida en una nueva
Luna: las especies marítimas morirían por contaminación,
la humanidad entera desaparecería por contaminación
y por hambre, las tierras actuales convertidas en arena, en
un Sahara, en un desierto; sería imposible toda vida,
y la Ley de la Entropía se encargaría de igualar
todo, hasta hacer de este planeta una Luna, una Luna más.
Así pues, la catástrofe esta, no solamente es
un hecho, que ya conocen los astrónomos que viene,
pero que ellos no lo preconizan demasiado porque está
prohibido hacer escándalo, con el propósito
de evitar la psicosis colectiva, sino que además es
una necesidad, trágica, ¿verdad? pero indispensable,
o perece la Tierra o se transforma.
En
los planes de la Fraternidad Universal Blanca, se sabe que
la Tierra se transformará; las Sagradas Escrituras
afirman que se transformará, no solamente las escrituras
bíblicas, sino también las Sagradas Escrituras
de otras latitudes, de otras grandes religiones, siempre se
ha dicho que se transformará, que pasará por
una gran transformación, y esa transformación
solamente es posible mediante un gigantesco sacrificio, mediante
un gran holocausto.
La
Tierra actual está agonizando, y lo más grave
es que la humanidad no se da cuenta de ello; no se dan cuenta
que en los mares, están pereciendo las especies, no
se dan cuenta que en los ríos están desapareciendo
las especies, no se dan cuenta que se está esterilizando
nuestro mundo, que está agonizando.
Añádase,
a eso, las explosiones atómicas subterráneas.
Absurdo meterle bombas atómicas al interior de la casa;
yo creo que a ninguno de ustedes se le ocurriría bombardear
su propia casa. ¿Cuál de ustedes tendría
la necedad o la tontería de meterle una bomba de dinamita
bien fuerte a su casa? ¿De hacer una excavación
en su casa para luego meterle una bomba, en su mismo domicilio?
Sin embargo, los científicos eso están haciendo:
bombardeando este domicilio, este pequeño planeta que
se llama "Tierra", y en el cual vivimos todos. Y
lo más grave es que lo están haciendo sin consultarnos,
arbitrariamente, no nos han consultado, si nos consultaran,
estoy seguro que todos nosotros protestaríamos, lo
están haciendo así, en forma dictatorial, porque
sí, en estas condiciones este planeta Tierra está
agonizando, sometido a una gran destrucción, a una
devastación inmensa!
¿Qué
decimos nosotros cuando vemos a alguien que está agonizando?
Incuestionablemente que su final está cerca, ¿verdad?
Muere y el doctor extiende el certificado de defunción,
pero no queremos darnos cuenta que este gran organismo "Tierra"
está agonizando y que a la vista está cercano
su final, de eso sí no nos damos cuenta, ¡cuán
dormida está la humanidad!
Así
pues, observen ustedes la constelación de Acuario,
gobernada por Saturno y Urano. Urano, el planeta de las catástrofes,
atómico, revolucionario, terrible. Saturno, el símbolo
de la muerte -el esqueleto ese, con la guadaña-. También
Saturno es simbolizado en la Alquimia, con el famoso Cuervo
Negro de la muerte: el regreso al Caos Original Primitivo.
Es necesario que regrese, esta Tierra, al estado caótico,
al Caos; que de entre ese Caos surja una nueva Tierra regenerada,
simbolizada con el toro alado del Evangelio de San Lucas.
Así
que, los tiempos del fin han llegado y estamos en ellos. Antes
de la gran catástrofe que se avecina, habrán
muchas guerras a muerte. De pronto vendrán revoluciones
sangrientas, en distintas naciones del mundo, y vendrá
la tercera guerra mundial, y será un verdadero holocausto
atómico.
Se
multiplicarán las enfermedades por todas partes y no
habrá cómo sanarlas. Debido al abuso de la física
atómica, habrá un instante en que vendrá
la descomposición del átomo en cadena y los
científicos no podrán controlarlo. Cuando "Hercólubus"
se acerque demasiado, olas inmensas serán atraídas,
precisamente por la fuerza magnética de aquel planeta,
olas del inmenso mar, olas como jamás se habían
visto, y azotarán las playas y un sonido extraño
saldrá de entre el fondo de los océanos.
Por
aquellos días, las gentes saldrán por las calles
como locas, porque la energía nuclear contaminará
el fósforo del cerebro y las gentes, medio dementes,
harán aparecer en el escenario del mundo, escenas dantescas,
maquiavélicas, horripilantes. Afortunadamente, con
el máximo de acercamiento de "Hercólubus",
terminará esta tragedia dantesca, se le marcará
el punto final a la raza Aria, a nuestra raza que es la Aria.
Los mares cambiando de lecho, definitivamente sumergirán
a las tierras en los océanos, en el fondo profundo,
afortunadamente, todo está previsto, como ya les he
dicho: y habrá un lugar para el núcleo selecto,
que servirá de fundamento a la futura Sexta Raza-raíz.
Estamos
pues, ante el dilema del "ser" o del "no ser"
de la filosofía: o nos transformamos o perecemos. ¡Esa
es la cruda realidad de los hechos! Aunque nos creamos muy
santos, todos y cada uno de nosotros, en verdad que no lo
somos. Antes bien, aunque parezca increíble, en el
fondo todos somos terriblemente malignos.
Esto
que estoy diciendo puede ser conocido, poco a poco, a través
de nuestra psicología revolucionaria. Un libro escrito
en relación con nuestras características psicológicas.
Me refiero al "Tratado de Psicología Revolucionaria",
libro que ojalá conocieran aquí los hermanos,
para que pudieran trabajar conscientemente sobre sí
mismos.
Hasta
aquí mi plática de esta noche. Ahora, con el
mayor gusto, daré oportunidad a los hermanos asistentes
para que hagan preguntas en relación estricta con el
tema que hemos planteado. Si alguien tiene algo que preguntar,
puede hacerlo con la más entera libertad.
P.
Maestro: ¿cuándo empezarán los tiempos
del fin?
R.
Los "tiempos del fin", o el principio del fin, ya
comenzó; estamos exactamente en el principio del fin.
Por donde quiera hay guerras, y rumores de guerras, enfermedades
desconocidas, degeneración y catástrofes. Así
que, ya empezó el final. ¿Alguna otra pregunta?
P.
Las personas que se salvan, se salvan físicamente o
en estado de Jinas?
R.
El núcleo de sobrevivientes que servirá de basamento
para la futura Sexta Raza-raíz, -que entre paréntesis,
será llamada la Raza de Koradi- será sacado
precisamente de entre el humo y las llamas en su momento preciso,
es decir, antes de que termine todo este escenario que sirvió
para la Quinta Raza-raíz, y será llevado físicamente,
por los procedimientos físicos, a la isla, una isla
que existe en el Pacífico, y que yo la conozco. ¿Alguna
otra pregunta?
P.
Las personas que se trasladarán, que sean llevadas
a esa isla y que luego desencarnen, ¿podrán
recordar la catástrofe cuando renazcan, cuando se reincorporen
en un nuevo organismo físico?
R.
Pues, los que serán trasladados a la isla, serán
sujetos que hayan disuelto por lo menos, el cincuenta por
ciento del Ego animal. Por lo tanto, estarán más
o menos despiertos. Se les llevará, pues, a donde se
les debe llevar. Allí vivirán hasta el tiempo
que daban vivir, desencarnarán y volverán a
tomar cuerpo allá mismo, en la isla, y volverán
a desencarnar y volverán a tomar cuerpo -allá
mismo, en la isla-, y en cada uno de esas existencias continuarán
con el trabajo de perfeccionarse. En cuanto a que recuerden
la catástrofe, pues, eso depende del grado de Conciencia
que cada cual haya alcanzado. Una persona consciente, pues
tendrá que recordar todo; una persona medio-consciente,
recordará menos. Todo depende de la capacidad concientiva
de cada cual.
P.
Maestro usted decía que ese planeta era 6 veces más
grande que Júpiter, o entendí mal?
R.
¡Correcto!
P.
Entonces la fuerza gravitacional al entrar entre el Sol y
la Tierra va a ser de una fuerza tremenda, que puede desencadenar,
no solamente el desplazamiento de los polos de la Tierra,
sino posiblemente, el deslizamiento total del Sistema Solar,
¿es así?
R. Afectará exactamente, de acuerdo con el mapa cosmológico
que nos han entregado los astrónomos y de acuerdo con
los cálculos matemáticos que ellos han hecho,
afectará fundamentalmente a la Tierra, y en forma secundaria
afectará a Urano, a Júpiter y a Marte. De manera
que, va a ser verdaderamente catastrófico. Pero, fundamentalmente,
la Tierra será la que recibirá el principal
impulso, la que recibirá las mayores catástrofes.
P.
¿Puedo hacer una pregunta? Maestro, usted habló
de un eclipse total, debido precisamente a la presencia de
un planeta entre el Sol y la Tierra, ¿así es?
R.
¡Así es! Habrá un eclipse total, y ya
Miguel de Nostradamus lo había profetizado. Se dice
que por aquella época, habrá un gran eclipse
total. Nostradamus piensa que esto puede acaecer en el año
1.999. Nuestros astrónomos difieren un poco con la
fecha; nuestros astrónomos piensan que esto puede acaecer
en el año 2.400. A mí se me dijo que sería
en el 2.500.
Sin
embargo, Nostradamus es terriblemente peligroso, porque ¡nunca
ha fallado y esto es lo grave! Si hubiera fallado alguna vez,
podríamos tener una especie de esperanza de que no
fueran tan cerca; pero no se conoce, hasta ahora, la primera
falla de Nostradamus. Anunció la segunda guerra mundial
con tal precisión, que causó asombro a todo
el mundo. Dijo hasta la fecha exacta, la cantidad de años
que duraría, y aun más: mencionó hasta
el nombre de Hitler y lo llama el "revoltoso". De
manera que lo grave es que Nostradamus nunca se equivocó.
Eso sí es lo que me tiene a mí francamente,
bastante preocupado. Además, Hercólubus ya está
ante la vista de todos los observatorios del mundo. Si no
se habla públicamente de eso, es precisamente porque
a los astrónomos les han prohibido de hacer escándalos,
se les prohibe llevar a la humanidad a estados de psicosis
colectiva. Pero yo tengo, y tenemos allá en nuestra
asociación los mapas que ellos mismos han trazado,
los astrónomos. De manera que el asunto es de conocimiento
totalmente oficial, y eso es lo grave.
P.
¿Cuál es la dirección del planeta?
R.
El planeta "Hercólubus" gira, tiene su órbita
alrededor del Sol Tylar. En cuanto a la dirección que
lleva, obviamente marcha hacia la órbita terrestre.
Se sabe que pasará por un ángulo del Sistema
Solar, ya está debidamente calculado.
P.
¿Podremos nosotros verlo con algún aparato?
R.
No, en aquellos días será visible. Dicen que
en 1.999, o antes de 1.999, ya será visible públicamente,
y se verá en pleno mediodía y eso va a ser gravísimo.
¿Alguna otra palabra?
P.-
Se habla de que hay extraterrestres mucho más adelantados
que nosotros, ¿nosotros alguna vez vamos a llegar a
ese nivel psicológico, que podamos salir de este mundo?
R.-
Pues, ciertamente, los que son habitantes de otros mundos,
algunos pueden estar más adelantados que nosotros;
otros pueden estar como nosotros, o en peores condiciones,
de todo hay en el Universo -que no tiene limites, ni orillas-.
Lo que sí puedo asegurarles es que aquellos extra-terrestres
que pueden viajar de galaxia en galaxia, son verdaderos Dioses-Hombres,
que esos otros que solamente pueden viajar dentro del Sistema
Solar, son Hombres en el sentido más completo de la
palabra.
Los
que pueden viajar por la Galaxia -por nuestra Vía Láctea,
exclusivamente-, son Hombres Trascendentales, pero que todavía
no han llegado al estado del Super-Hombre. La conquista del
espacio es para Hombres verdaderos o para Super-Hombres, jamás
para el "animal intelectual" equivocadamente llamado
Hombre.
Así que, si considerando nosotros el estado en que
nos encontramos, aunque nos parezca muy duro debemos aceptar
que somos, hoy por hoy, animales provistos de intelecto. Quitémosle
el intelecto a cualquier persona, a ver qué queda:
la pura bestia y eso es todo.
Somos animales provistos de intelecto, "animales intelectuales".
Eso de que somos ya Hombres, en el sentido más trascendental
de la palabra, eso es demasiado, eso es exagerar la nota.
El
Hombre es el rey de la creación. Un pequeño
grupo de Hombres pudo paralizar totalmente, a Estados Unidos
y al Canadá. Ese pequeño grupo de hombres pudo
hacer un apagón tan terrible que paralizó a
los Estados Unidos, a una nación tan orgullosa, tan
poderosa, pues fue herida de muerte. De qué les sirve
a los "gringos" sus formidables cohetes y máquinas
de toda especie, todo eso es movido por electricidad. A la
hora que falló la electricidad, ¿con qué
mueven todo eso? Este pequeño grupo de Hombres, paralizó
a los Estados Unidos. Nada más que unos cuantos pudieron
paralizar a la poderosa nación del Norte.
Me
refiero a un pequeño grupo de extra-terrestres, verdaderos
Hombres, se acercaron con una nave y paralizaron a los Estados
Unidos. Todos ustedes recuerdan, perfectamente, el apagón
de Nueva York, que produjo tan grande escándalo. No
hay duda de que entonces fue debidamente fotografiada la nave
que produjo el apagón. En aquella época se inició
la investigación, en los Estados Unidos, sobre esta
cuestión de los platillos o discos voladores. Ahora
ya ni se quiere hablar nada, en los Estados Unidos, sobre
eso. Claro, los "gringos" se sintieron incapaces
de seguir investigando, y por otra parte no quieren llevar
su país al estado de psicosis colectiva. Pero hechos
son hechos y ante los hechos tenemos que rendirnos, un puñadito
de Hombres paralizó a la poderosa nación estadounidense.
El Hombre es el rey de la creación, es el amo del Universo.
Ahora, ¿podremos nosotros hacer igual? Si nos reunimos
cuatro de nosotros, ¿lograremos paralizar a la poderosa
nación gringa? Si un solo Hombre tiene poder sobre
el fuego del Universo, sobre el aire, sobre las aguas, sobre
la tierra, porque es rey, y si no es rey, no es Hombre. Yo
no puedo concebir a un Hombre que no sea rey de la creación:
o es rey, o no es Hombre y la cruda realidad es que nosotros
somos, únicamente, meros animales intelectuales.
P.- ¿Pero vamos a permanecer siempre en este estado?
R.- Eso depende de nosotros. El Sol está haciendo un
gran experimento, un experimento terrible: quiere crear Hombres.
Logró crear algunos, en la época de Abraham,
judíos. Logró hacer cierta buena cantidad de
creaciones durante los primeros ocho siglos del cristianismo;
en la edad media hizo algunas creaciones, y en este momento
intenta hacer nuevas creaciones, antes de que perezca la Raza
Aria.
Ha depositado el Sol, en nuestras glándulas sexuales,
los gérmenes del Hombre. Si nosotros cooperamos con
el Sol, esos gérmenes pueden desarrollarse. Entonces
se forma el Hombre dentro de nosotros, en la misma forma que
dentro de la crisálida se forma la mariposa. Pero hay
necesidad de cooperar con el Sol. Cuando la gente pierde interés
por las Ideas Solares, el Sol también pierde interés
por la gente y las destruye, porque no le sirven para su experimento.
Actualmente la raza humana ha perdido todo interés
por las Ideas Solares, se ha vuelto terriblemente lunar, terriblemente
mecanicista, y es obvio que por tal motivo, el Sol la va a
destruir, tendrá que crear una nueva raza para continuar
con sus experimentos.
El Sol ha creado toda esta delgada capa, dijéramos,
de vida orgánica sobre la superficie del mundo. Esa
delgadísima película de vida orgánica,
y tiene derecho a recoger el fruto de su trabajo. El quiere
cosechar, y con justa razón, un grupo de Hombres Solares;
desea el Sol cosechar Hombres Solares. Si nosotros cooperamos
con el Sol, los germen para el Hombre se desarrollarán
dentro de nosotros y nos convertimos en verdaderos Hombres,
en el sentido más completo de la palabra.
Convertirnos en Hombres es extraordinario, porque el Hombre
es el rey, el rey verdadero, el rey de la creación.
Ya les dije a ustedes que cuatro Hombres, nada más,
le dieron una herida de muerte a los Estados Unidos con el
apagón de Nueva York; desarmaron a la poderosa nación,
cuatro Hombres nada más. Y es que el Hombre es poderoso
es el amo de la creación.
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