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LA ONDA DIONISIACA

 

 

Incuestionablemente Mammom y Dionisio por ser incompatibles tanto en su continente como en su contenido, jamás podrían conciliarse.

En forma axiomática, irrefutable, podemos y hasta debemos definir a Mammom con dos términos:

A)- Intelectualismo.
B)- Dinero (oro, riquezas).

Correctamente, y de modo contundente y definitivo, urge definir a Dionisio así:

A)- Transmutación voluntaria de la libido sexual

B)- Extasis místico trascendental.

Resulta oportuno citar ahora entre los fastos de esta pobre humanidad pigmea, aquella fecha y hora -4 de febrero de 1962, entre 2 y 3 de la tarde- en que todos los planetas de nuestro sistema solar se reunieran en supremo concilio cósmico, precisamente en la brillante constelación de Acuario, para iniciar la nueva Era entre el augusto tronar del pensamiento.

Desde esa fecha memorable y bajo la regencia de Urano, el muy venerable y meritísimo Señor de Acuario, vibra intensamente en toda la Naturaleza la onda dionisíaca.

No está de más enfatizar en el presente capítulo la noticia trascendental de que tal planeta citado ha sido, es y será siempre el brillante astro que rige y gobierna inteligentemente a las glándulas endocrinas sexuales.

Ahora os explicaréis por vosotros mismos el intrínseco motivo que en estos instantes origina la intensiva vibración dionisíaca.

Empero, resulta evidente, palmario y manifiesto el hecho concreto de que los terrícolas, en su abrumadora mayoría, no estuvieron a la altura de las circunstancias, no fueron capaces de polarizarse positivamente con tal onda...

Definir los dos aspectos, positivo-negativo de esa vibración cósmica, es inaplazable, urgente, indispensable.

Polo positivo dionisíaco: deleite sexual subliminal, transmutación voluntaria de la entidad del semen, conciencia despierta, conocimiento objetivo, intuición superlativa, música trascendental de los grandes maestros clásicos, etc., etc., etc.

Polo negativo dionisíaco: degeneración sexual, infrasexualismo de toda clase, homosexualismo, lesbianismo, placeres demoníacos en los mundos infiernos mediante la droga, hongos, alcohol; música infernal como la de la nueva ola, etc., etc., etc.

Comprender a fondo los procesos íntimos de estos dos polos de la onda dionisíaca es algo muy urgente...

Como ejemplo viviente de este par de polos diametralmente opuestos correspondientes a la mencionada ondulación, resulta oportuno citar aquí a título de ilustración a dos movimientos revolucionarios contemporáneos.

En forma delicada quiero referirme claramente y sin ambages al "Movimiento Gnóstico Cristiano Universal" y también al anverso de la medalla dionisíaca, conocido con el tristemente célebre nombre de "Movimiento Hippie".

Incuestionablemente, las dos mencionadas antípodas psicológicas constituyen "per se" una viviente demostración manifiesta del par de polos opuestos de la tremenda vibración dionisíaca.

En llegando juiciosamente a esta parte del presente capítulo, deviene ineludible la necesidad de una confrontación didáctica.

Embriaguez dionisíaca, éxtasis, shamadi, obviamente resultan indispensables cuando se trata de experimentar eso que es la Verdad, lo Real. Tal exaltación es ciento por ciento posible a través de la técnica de la meditación.

Psicodelia es diferente. Tradúzcase este término así: Psiquis = Alma. Delia = droga.

Especificando diremos: lo psicodélico es el antipolo de la meditación. El infierno de las drogas está en el interior del organismo planetario en que vivimos, bajo la misma epidermis de la corteza terrestre.

Los hongos alucinantes, pastillas, L.S.D., marihuana, etc., etc., etc., intensifican evidentemente la capacidad vibratoria de los poderes subjetivos, más es ostensible que jamás podrían originar el despertar de la Conciencia.

Las drogas alteran fundamentalmente los genes sexuales y esto ya está demostrado científicamente. Como consecuencia de tales mutaciones negativas genéticas, resulta evidente el nacimiento de niños monstruos.

Meditación y Psicodelia son incompatibles, opuestos, antagónicos; jamás podrían mezclarse.

Incuestionablemente estos dos factores de la embriaguez dionisíaca señalan, indican rebelión psicológica

Gnósticos y hippies se fastidiaron con el vano intelectualismo de Mammom, se aburrieron con tantas teorías, llegaron a la conclusión de que la mente como instrumento de investigación es demasiado miserable...

¿Zen?, ¿Gnana-Yoga? Eso es superlativo. Existen dentro de nosotros en estado latente facultades de cognición infinitamente superiores a la mente. Mediante estas últimas podemos experimentar en forma directa eso que es lo Real, eso que no es del tiempo.

El Movimiento Hippie prefirió el infierno de las drogas; indubitablemente se definió perversamente.

Los gnósticos, plenamente desilusionados del necio intelectualismo de Mammom, bebemos del vino de la meditación en la copa de la perfecta concentración.

Cambios psicológicos, radicales y de fondo, se hacen urgentes cuando nos desilusionamos de los bribones de la mente.

Regresar al punto de partida original es lo indicado; sólo así es posible una transformación radical.

¿Sexología? ¡Válgame Dios y Santa María! Este tema horroriza a los puritanos...

Escrito está con palabras de fuego en las Sagradas Escrituras que el sexo es piedra de tropiezo y roca de escándalo...

Resalta la evidencia de que nosotros no somos hijos de ninguna teoría, escuela o secta.

En la cruda raíz de nuestra existencia sólo encontramos un hombre, una mujer y un coito...

Nacimos desnudos, alguien nos cortó el cordón umbilical, lloramos y buscamos luego el pecho materno...

¿Vestido?, ¿escuelas?, ¿teorías?, ¿erudición?, ¿dineros?, etc., etc., etc. Todo eso vino después por añadidura

Creencias de todo tipo existen por doquiera. Empero, la única fuerza que puede transformarnos en forma íntegra, unitotal, es aquella que nos puso en el tapete de la existencia. Quiero referirme a la energía creadora del primer instante, a la potencia sexual.

El deleite amoroso, el disfrute erótico es por secuencia lógica la dicha más grande...

Saber copular sabiamente es indispensable cuando se anhela sinceramente un cambio psicológico definitivo.

Los hippies presintieron todo esto cuando se sublevaron contra Mammom, pero erraron el camino, no supieron sintonizarse con el polo positivo de Dionisio.

Los gnósticos somos diferentes. Sabemos gozar, nos agrada transmutar y sublimar la libido. Esto no es un delito.

El "Movimiento Hippie" marcha resueltamente por el camino involutivo descendente del infrasexualismo.

El "Movimiento Gnóstico Cristiano Universal" avanza victorioso por la vía ascendente revolucionaria de lo suprasexual.


Del libro "Las Tres Montañas" del V. M. Samael Aun Weor



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